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Derechos animales

La masacre invisible: si los humanos fueran sacrificados como animales

Imagina que toda la población humana, 8000 millones de personas, desapareciera en solo 36 horas. Esto no es ciencia ficción. Es el equivalente a lo que hacemos con los animales todos los días.

Imagina que toda la población humana, 8.000 millones de personas, desapareciera en solo 36 horas. Esto no es ciencia ficción. Es el equivalente a lo que hacemos con los animales todos los días.

Un video viral pone de manifiesto esta realidad. Comienza con una imagen impactante: una multitud apiñada que representa a la población humana mundial. A medida que la cámara se aleja, aparecen monumentos emblemáticos como la Torre Eiffel y la Estatua de la Libertad, lo que pone de relieve la magnitud de 8.000 millones de personas en un solo lugar.

La asombrosa dimensión de nuestra violencia

La magnitud sobrepasa la comprensión: cada año, más de 80 mil millones de animales terrestres son sacrificados para el consumo humano: más de 220 millones al día, 9 millones cada hora, 150 000 cada minuto. Eso equivale a más de 2500 animales por segundo.

Y esto no incluye los billones de peces y animales marinos sacrificados anualmente, cuyas muertes quedan ocultas por terminología industrial como «cosecha» y «captura».

La falsedad del “sacrificio humanitario” de todos estos animales fue puesta de relieve en nuestra conversación con un misántropo.

La paradoja ética

Vivimos en un mundo en el que la muerte de un solo ser humano puede dominar los titulares, pero sacrificamos sistemáticamente miles de millones de seres sensibles cada año sin pensarlo dos veces. No son solo números, representan vidas individuales, cada una capaz de experimentar miedo, dolor y sufrimiento. La forma en que se mata a estos animales nos horrorizaría si se hiciera con perros y gatos.

Lo que hemos normalizado en la agricultura animal se consideraría genocidio si se infligiera a cualquier población humana. La distancia entre estas dos realidades revela una profunda inconsistencia moral en la forma en que valoramos la vida.

El poder del citado video viral radica en obligarnos a enfrentarnos a esta disonancia cognitiva. Al traducir el sufrimiento animal en términos humanos, elimina las cómodas abstracciones que utilizamos para justificar la matanza a escala industrial.

La evidencia está disponible para cualquiera que esté dispuesto a buscarla. Documentales como Dominion (dominionmovement.com/watch) revelan la brutal realidad de la cría de animales en granjas. La horrorosa evidencia gráfica captada con cámaras ocultas muestran lo que la industria trata desesperadamente de ocultar.

Un momento de elección

Cada comida es un punto de decisión: una oportunidad para perpetuar esta matanza masiva o elegir la compasión. Lo más impactante no es solo la escala de la matanza, sino nuestra elección colectiva de ignorarla.

Mientras lees estas palabras, el recuento sigue avanzando: otros 2500 animales… y otros.. y otros. La cuestión no es si estas muertes están ocurriendo, sino si seguiremos mirando en otra dirección.

Por Héctor Pizarro, Sociedad Vegana