China ha inaugurado la granja porcina más grande del mundo, para contribuir a satisfacer su insaciable mercado local.
Una enorme construcción, de tipo edificio de departamentos, ha fue recientemente inaugurada en las afueras Ezhou, una ciudad de la provincia de Hubei, en China central. Sin embargo, en el edificio no se instalarán familias ni oficinas, sino será el lugar donde se hacinarán hasta 1,2 millones de cerdos cada año.
Es la respuesta ideada por China frente a la insaciable necesidad de carne de cerdo del país, la proteína animal más popular.
La nueva granja, tipo rascacielos, comenzó su producción a principios de octubre, cuando el propietario de las instalaciones, Hubei Zhongxin Kaiwei Modern Farming, trasladó a sus primeras 3.700 cerdas.
Zhongxin Kaiwei, anteriormente una empresa productora de cemento, decidió cambiar de rumbo y dedicarse a la producción porcina. Según Jin Lin, director general de la empresa, se identificó la agricultura moderna como un área potencial y una oportunidad para crear la granja porcina utilizando sus propios materiales de construcción.
La granja porcina cuenta con dos edificios, uno de los cuales ya ha sido terminado. Un edificio de aspecto similar y de igual escala todavía en construcción. Cuando estén en pleno funcionamiento, cubrirán una superficie de 800.000 metros cuadrados y tendrán, cada uno, capacidad para 650.000 animales.
La granja cuenta con controles de gas, temperatura y ventilación, y los animales se alimentan a través de más de 30.000 puntos de alimentación automáticos gestionados por una sala de control central.
Según la empresa, el estiércol de cerdo se procesará y utilizará para generar biogás, que se empleará para generar energía y calentar agua en la granja. Los trabajadores tendrán que pasar por muchas rondas de desinfección y pruebas antes de entrar.
Tras perder hasta 100 millones de cerdos por la mortal enfermedad de la peste porcina africana (PPA) entre 2018 y 2020, China ha intentado aumentar su producción de carne de cerdo (consume alrededor de la mitad de toda la carne de cerdo del mundo).
Qué opinamos en Sociedad Vegana
Las granjas de animales a gran escala, también conocidas como granjas industriales, han sido objeto de un intenso debate en los últimos años. Una de las principales preocupaciones es el riesgo de enfermedades zoonóticas, que son enfermedades que pueden transmitirse de los animales a los humanos.
Las granjas industriales suelen implicar el confinamiento intensivo de un gran número de animales en espacios reducidos. Esto puede conducir al hacinamiento y a condiciones insalubres, facilitando que las enfermedades se propaguen entre los animales y salten potencialmente a los humanos. Además, la proximidad de diferentes especies de animales en las granjas industriales también puede aumentar el riesgo de transmisión de enfermedades entre especies.
Un ejemplo de ello es la peste porcina africana (PPA), mencionada anteriormente, y la transmisión del jabalí a los cerdos domésticos, una enfermedad que se ha registrado en muchos países y que está causando importantes daños económicos a la industria porcina. Otro ejemplo es la pandemia de COVID-19, que surgió en un mercado húmedo de Wuhan, China, donde se vendían animales vivos muy cerca unos de otros y de los humanos.
Las granjas industriales también tienden a depender en gran medida de los antibióticos para mantener sanos a los animales en estas condiciones de hacinamiento e insalubridad. Esto puede conducir al desarrollo de bacterias resistentes a los antibióticos, que pueden suponer una grave amenaza para la salud humana.
Además, las granjas industriales también contribuyen a la degradación y la contaminación del medio ambiente, incluida la emisión de gases de efecto invernadero, la deforestación y la destrucción de humedales y otros hábitats de la fauna salvaje.