En una sentencia judicial dictada la semana pasada, la industria láctea chilena triunfó contra NotCo por su uso del término “Not Milk”. Curiosamente, esta maniobra legal involuntariamente ha puesto en el centro de atención no sólo la marca NotCo, sino también las propias prácticas del sector.
En una sentencia histórica publicada el viernes 26 de mayo de 2023, el Primer Juzgado Civil de Valdivia, Chile, falló en contra de NotCo, empresa de tecnología alimentaria, en un caso presentado por la Asociación de Productores de Leche, Aproval. El tribunal declaró que NotCo incurrió en “competencia desleal” al utilizar el término “Not Milk” para su bebida a base de plantas.
Vista la causa, el tribunal determinó que NotCo había aprovechado injustamente estrategias publicitarias, posicionando su producto como un “sustituto de la leche”, al tiempo que presentaba la leche de bovino como “perjudicial para la salud y dañina para el medio ambiente”. Como resultado, se prohibió a NotCo utilizar el término “Not Milk” y se le condenó a pagar las costas judiciales del caso.
Aunque coincidimos en la necesidad de garantizar una competencia leal y defender principios comerciales éticos, la sentencia plantea algunas cuestiones y puntos de controversia importantes.
La palabra “leche” y su carácter no exclusivo
En muchas culturas, la palabra “leche” no ha sido exclusiva de los productos lácteos. Los consumidores están familiarizados desde hace tiempo con términos como “leche de coco”, “leche de almendras”, “leche de soja” o “leche de avena”. La sentencia parece ignorar este contexto lingüístico y cultural moderno, y más aún contemporáneo, en el que “leche” no se asocia estrictamente a las secreciones mamarias de mamíferos.
Por su parte, el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española tiene diversas definiciones de la palabra “leche”, incluyendo las siguientes:
1. f. Líquido blanco que segregan las mamas de las hembras de los mamíferos para alimento de sus crías.
2. f. leche de algunos animales que se emplea como alimento de las personas.
3. f. Jugo blanco obtenido de algunas plantas, frutos o semillas. Leche de coco, de almendras.
4. f. Cosmético de consistencia espesa, generalmente de color blanco. Leche hidratante.
Hay varios otros ejemplos, entre ellos, el uso de palabras como “mantequilla” e incluso “harina”, que establecen un precedente para un uso extendido de la terminología alimentaria. “Mantequilla” se utiliza para “mantequilla de maní” o “mantequilla de almendras”, mientras que “harina” se extiende más allá del trigo para incluir “harina de maíz”, “harina de arroz” y “harina de almendras”. Este precedente indica que los términos tradicionalmente asociados a los productos de origen animal se aceptan desde hace tiempo para las alternativas de origen vegetal, en muchas culturas y países. En sentido inverso, también existe el precedente de la “harina de pescado”.
Perspectivas contrastadas: El fallo restrictivo del tribunal chileno frente a la acogida de la leche de origen vegetal por parte de la FDA
Mientras que la sentencia del tribunal chileno contra NotCo supone un paso atrás en varios niveles, es alentador ver que otros países – incluso aquellos donde la industria láctea constituye un formidable grupo de presión política – están cambiando su enfoque para reflejar mejor la evolución de las preferencias de los consumidores y el creciente cúmulo de evidencia científica.
Tomemos como ejemplo Estados Unidos, donde la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) publicó en febrero pasado un borrador de directrices que permiten que las bebidas de avena, soja, almendra y otras de origen vegetal sigan utilizando el término “leche”. Según la FDA, los consumidores entienden la diferencia entre estas alternativas a la leche de origen vegetal y la leche de animales. El término “leche”, como señalan, está ahora “fuertemente arraigado en el vocabulario de los consumidores cuando describen y hablan de alternativas de origen vegetal”.
Este enfoque no sólo respeta la inteligencia del consumidor, sino que también reconoce la dinámica cambiante de la industria alimentaria. Las directrices de la FDA, que también recomiendan a los fabricantes que etiqueten voluntariamente la diferencia nutricional entre sus productos y la leche de origen animal, buscan sortear el “aumento significativo” de alternativas lácteas de origen vegetal en el mercado y garantizar que los consumidores dispongan de la “información que necesitan para tomar decisiones nutricionales y de compra con conocimiento de causa”.
Lo anterior evidencia una forma de avanzar que da cabida a la innovación, reconociendo la importancia de la elección y la transparencia para los consumidores. Pone de relieve que mientras algunos pueden aferrarse a viejos paradigmas, otros están dispuestos a adaptarse y dar cabida al futuro de la alimentación.
Consideraciones lingüísticas y el precedente legal que podría establecerse
Teniendo en cuenta que la sentencia se dictó en Chile, es crucial prestar atención a la dimensión lingüística del caso. El lenguaje utilizado para la denominación del producto, “Not Milk”, es el inglés, en lugar del español (“No Leche”), lo que crea ambigüedad en cuanto a qué convenciones lingüísticas son válidas para el fallo. Al reconocer este contexto lingüístico, podemos comprender mejor los entresijos de la sentencia y su posible impacto.
Además, la sentencia sienta un precedente amenazante. Dado que la línea de productos de NotCo incluye “Not Cheese”, esta decisión podría potencialmente abrir las puertas a nuevas acciones restrictivas en Chile contra los nombres de los alimentos de origen vegetal, en este caso el queso, amenazando con limitar la innovación y la capacidad de elección de los consumidores.
A la luz de estas consideraciones, parece prudente que NotCo recurra esta sentencia. Más que un caso corporativo, esta situación exige una reevaluación más profunda de los límites del lenguaje y la innovación dentro de la industria alimentaria. Pone de relieve una comprensión equilibrada de los términos tradicionales y sus connotaciones en evolución, respetando tanto el uso histórico como la necesidad de flexibilidad lingüística para dar cabida a la innovación.
La sentencia, aunque supuestamente busca defender la competencia leal y los principios comerciales éticos, puede frenar inadvertidamente el avance de la industria alimentaria. Así pues, resulta crucial que se entable un diálogo justo y abierto sobre estos temas, que respete la inteligencia del consumidor y los contextos culturales, históricos y lingüísticos de la terminología alimentaria.
Detrás del velo mercadotécnico de los lácteos: la pavorosa realidad de la producción lechera y la necesidad de un cambio radical
Esta sentencia hace oportuno reflexionar críticamente sobre la industria láctea, algo que a menudo se pasa por alto en el debate público. La producción láctea se ha identificado cada vez más como una práctica ecológicamente insostenible que, además, provoca un sufrimiento sistemático a gran escala, a generación tras generación de animales. Los productos lácteos proceden de una industria que sólo puede calificarse de aborrecible. Explota y maltrata sistemáticamente los aparatos reproductivos de las madres y sus crías, sometiéndolas a años de abusos continuos. Estos seres sensibles no son considerados individuos sino meras unidades de producción. La propia terminología de la industria describe de forma escalofriante a las vacas lecheras como “gastadas” tras unos seis años de ordeño incesante, momento en el que son enviadas al matadero. Del mismo modo, sus terneros, considerados como subproductos, suelen correr una suerte similar a una tierna edad.
La cruda realidad de este ciclo de vida y muerte en las granjas industriales, oculto tras un velo publicitario y comercial, es profundamente preocupante. La industria, en su implacable búsqueda de lucro, ha perdido de vista las consideraciones éticas y el respeto básico por la vida e, incluso, por la salud humana.
Desafiar sistemas tan profundamente arraigados no es tarea fácil, pero es necesario. En Sociedad Vegana buscamos estimular un diálogo más amplio sobre la sostenibilidad y la ética de la industria láctea; arrojar luz a espacios oscurecidos, motivar conversaciones y, con suerte, impulsar un cambio hacia sistemas alimentarios más compasivos y sostenibles. Así también intentamos dar voz a quienes no la tienen: los animales inocentes. Estamos convencidos de que si los consumidores toman consciencia de la realidad de la industria láctea, se aceleraría su desaparición y sustitución por alternativas humanas y sostenibles. A esto se suma un cambio cultural, impulsado principalmente por las generaciones más jóvenes, que sitúan el bienestar de los animales, la salud personal y la crisis climática al frente de sus elecciones como consumidores.
Silenciar la verdad: la sentencia judicial punitiva contra NotCo pone de manifiesto una paradoja a la hora de priorizar la transparencia
En un matiz que nos deja algo perplejos, NotCo, que dijo la verdad sobre las serias preocupaciones sanitarias y medioambientales relacionadas con los lácteos, se encuentra en el punto de la mira de una sentencia judicial punitiva. Es una situación curiosa, por decirlo de alguna manera, en la que una empresa es penalizada no por desinformar, sino por arrojar luz sobre problemáticas reales que a menudo se pasan por alto en la engañosa fachada publicitaria de la industria láctea. Cabe preguntarse si estamos entrando en una era en la que decir la verdad, en lugar de celebrarse, se considera ‘competencia desleal’.
Héctor Pizarro, Sociedad Vegana
Ilustración: Fotogramas, video ‘Exponiendo a la Industria Láctea’ (35 segundos de duración) de Animal Save Movement. Fotografía de NotMilk (c) NotCo.
Nota: este artículo fue modificado el 30 de mayo de 2023. La frase “Cabe preguntarse si estamos entrando en una era en la que decir la verdad, en lugar de celebrarse, se considera un delito punible”, ha sido sustituida por “Cabe preguntarse si estamos entrando en una era en la que decir la verdad, en lugar de celebrarse, se considera ‘competencia desleal’ “.
Con ello, el texto es consistente con el tema de fondo y con la lógica del Primer Juzgado Civil de Valdivia, Chile.