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Chile, donde torturar a un animal indefenso y asustado es deporte y tradición

El rodeo, una actividad profundamente ligada a las clases chilenas más acomodadas, es una práctica anticuada que todavía se define como “deporte”.

En Chile, el rodeo es un deporte nacional, además de una importante tradición cultural. Consiste principalmente en inmovilizar a un ternero o “novillo” contra una pared acolchada, en un ruedo o “medialuna”.  Dos jinetes, “huasos”, trabajan en parejas e intentan ganar puntos aplastando al animal contra la pared del ruedo. Dependiendo de la forma en que se empuje e inmovilice al ternero, usando los caballos como cuñas, se determina cuántos puntos recibe o pierde cada pareja de huasos.

La temporada de rodeo suele comenzar el 18 de septiembre, el día nacional chileno, y continúa durante meses en todo el país, con varios campeonatos locales. El rodeo, reconocido como disciplina deportiva en los años 60, es considerada por muchos como una pintoresca costumbre chilena, una práctica histórica; mientras que otros la ven como una expresión de crueldad, algo parecido a las corridas de toros, y nada más. A un ternero indefenso se le causa un gran dolor, estrés y daño, para deleite de jinetes y espectadores.  

Una propuesta de nueva constitución chilena, que se someterá a plebiscito el 4 de septiembre, busca que se reconozca a los animales como seres sintientes, con el derecho a vivir una vida libre de maltrato. En caso de aprobarse, este apartado modificaría el Código Civil, donde los animales son actualmente definidos como “bienes muebles”, es decir, capaces de moverse por sí mismos, pero a merced de sus “tenedores”.  

El periódico El País publicó el 9 de mayo un artículo sobre el rodeo chileno, donde incluye declaraciones de Cristian Moreno, expresidente de la Federación del Rodeo Chileno, Ferochi, la más grande de las seis que existen en Chile. En conjunto, las federaciones suman 40.000 miembros.

“Es evidente que los animales son sintientes”, pero da lo mismo

Según El País, Moreno declaró que “es evidente que los animales son sintientes, pero el problema es otro: si es que la sintiencia implica que uno puede o no usar los caballos o animales en general en temas deportivos o de producción. No creemos que sea razonable pretender que los animales son sujetos de derechos. Lo que hay son obligaciones de los tenedores”.

Con ello, Cristian Moreno ha puesto los puntos sobre las íes. El 5 de mayo veía en YouTube un interesante debate entre Ed Winters, escritor británico, y Martin Kennedy, Presidente de la asociación de ganaderos de Escocia. En el debate, Winters acorrala a Kennedy, quien primero intenta negar que la industria porcina británica sacrifica a sus cerdos en horrendas cámaras de gases, para luego – confrontado por los datos aportados por el propio Winters – admitir que el 90% efectivamente es sacrificado de esa forma (y con ello haber mentido) precisando luego que “es una forma humana de sacrificarlos”. El punto es que mientras el escocés Martin Kennedy – y muchos representantes de la industria cárnica internacional – intentan justificar, incluso mintiendo, por qué hacen sufrir a animales sintientes, al chileno Cristian Moreno le da lo mismo. El debate sobre la sintiencia animal es irrelevante para este paladín del rodeo: está claro que son sintientes, pero no por eso van a tener derechos. ¿Y de qué derecho estamos hablando? Del derecho a no ser maltratados.  

La federación de rodeo ha realizado varios cambios al reglamento en favor del novillo que, por norma, solo es llevado a un rodeo una vez en su vida (desde el ruedo el animal regresa a finalizar su engorda, siendo el matadero su siguiente y último paradero). La federación busca “valorar más la técnica que la fuerza”. Paralelamente, la periodista española pudo observar que la membresía en Ferochi tiene un valor de 5.800 dólares anuales, y que los “huasos” participantes se caracterizan por tener apellidos normalmente relacionados con las clases acomodadas de Chile.

El País también entrevistó a Ignacia Uribe, presidenta de la Fundación Vegetarianos Hoy, quien dijo que si bien el ideal para ellos es que se elimine el rodeo, su prioridad ahora es que deje de ser financiado por aportes públicos. La fundación no busca una mejora en las condiciones de los animales. “Es un deporte donde ganas puntos aplastando a una vaca pequeña con un caballo contra una pared. No hay forma de hacerlo sin maltrato animal”.

Por su parte, la doctora Beatriz Zapata, secretaria general del Colegio Médico Veterinario de Chile (Colmevet), cree que “sería muy sano” para el rodeo que no sean ellos mismos los que fiscalicen. “No creo que haya una mala intención, pero siempre es bueno que un organismo externo fiscalice cómo funciona otro, como ocurre en las acreditaciones y certificaciones”.

Pero Cristian Moreno se opone a cualquier control externo de su actividad: “Cómo va a venir otro ente que sale de no sé dónde, que lo elige no sé quién, a decir lo que yo puedo hacer o no en mi organización. Evidentemente que no”, declaró a El País. La lógica de Moreno tiene paralelos históricos. En su momento, quienes se beneficiaron de la esclavitud se opusieron tajantemente a que otros entes, que salieron quien sabe de dónde, les dijeran que la esclavitud era problemática.

Sin embargo, este independentismo del rodeo no es tal a la hora de solicitar recursos públicos para su financiamiento. Anualmente, el Estado de Chile aporta alrededor de un millón de dólares a esta actividad, cortesía de todos los contribuyentes chilenos, sean o no partidarios del rodeo.

Ante El País, el expresidente de la Federación del Rodeo Chileno defiende reiteradamente que cumplen con la normativa legal. Y ese es precisamente el problema. Aunque en Chile hay una ley de protección animal, el rodeo está exento y es regulado por su propio reglamento.

Este reglamento es explicado en la página de Preguntas Frecuentes de  Ferochi. Al leer esta cándida y didáctica página, casi queda la impresión de que el novillo se divierte con este juego en el que, repentinamente, se encuentra participando. Por ejemplo, ante la pregunta ¿Qué hacen para parar al novillo cuando cae al suelo?, la organización responde: “Cuando un novillo cae al suelo y no se levanta por sí solo, entra una persona que lo estimula para que se levante”.

Invitamos al lector a ver este breve video de la ONG chilena Animal Libre, captado en un rodeo, y hacerse su propia opinión, incluido el “estímulo” que se da a los novillos para que se levanten.

Advertencia: este video contiene imágenes de crueldad animal

También es evidente que los propios caballos se ven estresados y abrumados por esta violenta práctica a la que sus jinetes les empujan. 

Quisiera preguntar a las autoridades chilenas, ¿qué pasaría si el animal en la medialuna fuese un perro y no un novillo? A mi juicio, es un flagrante ejemplo de especismo estatal.  

Héctor Pizarro
hector@sociedadvegana.com

PD: Con gusto debatiría con Cristian Moreno u otro representante de las organizaciones del rodeo chileno. La única condición sería que el diálogo fuese abierto, no guionizado, en vivo y transmitido vía streaming por YouTube. Contacto: hector@sociedadvegana.com

Ilustración: fotograma, video de AnimalLibre.org

Actualización 13 de mayo 2022: atendiendo una consulta de una lectora, quien por sensibilidad prefiere no ver el video del rodeo chileno enlazado desde este artículo, quisiéramos explicar que las prácticas para “estimular” a los novillos a levantarse son tirones de orejas y de colas, golpes de puño, puntapiés y uso de electrochoque.

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El uso de trampas de pegamento ha sido prohibido en Inglaterra, siguiendo el ejemplo de Escocia

Muchas víctimas accidentales del pegamento, como aves vulnerables, serpientes de hierba, ranas y puercoespines, se beneficiarán de esta nueva normativa.

La Cámara de los Lores aprobó por unanimidad un proyecto de ley respaldado por el gobierno para prohibir las trampas de pegamento, que se utilizan habitualmente para atrapar ratones y ratas.

El grupo de defensa de los animales Humane Society International/UK (HSI), que lideró la campaña “Unstuck” para detener el uso público de las “inhumanas, indiscriminadas e injustificables” trampas de pegamento, logró un gran éxito tras años de lucha.

Las crueles trampas de pegamento inmovilizan a los animales atrapados en un fuerte adhesivo, lo que les hace sufrir desgarros y fracturas en las extremidades y asfixia cuando intentan escapar. La deshidratación, la inanición y la muerte son posibles consecuencias para los animales.

Entre ellos se encuentran especies protegidas y en peligro de extinción, como puercoespines, pájaros y murciélagos, e incluso gatos domésticos.

En el Reino Unido se puede acceder a las trampas de pegamento por un precio tan bajo como 99 peniques, a pesar de que pueden causar un sufrimiento prolongado y extremo a los animales.

Tras obtener la aprobación real, el proyecto de ley sobre trampas de pegamento se convertirá en ley. Una vez que la prohibición entre en vigor, se exigirá una licencia para utilizarlas a cualquier persona en Inglaterra, incluidos los “controladores de plagas”.

Las personas que infrinjan la nueva ley se enfrentan a una multa y/o a una pena de cárcel de hasta 51 semanas. Además, es un delito encontrar una trampa de pegamento y no desactivarla.

Con su decisión, Inglaterra sigue el ejemplo de Escocia, que en enero de este año abolió las crueles trampas de pegamento. En la oportunidad, explicando su decisión, el gobierno de Escocia se refirió a la crueldad de las trampas de pegamento señalando: “Los animales atrapados en trampas de pegamento no pueden liberarse de la sustancia pegajosa y tienen casi garantizado el sufrimiento durante las 12 horas o más que pueden pasar entre cada inspección. La composición de las trampas de pegamento suele provocar que los animales atrapados en ellas se autolesionen al luchar por liberarse. Estas lesiones pueden incluir desgarros en la piel y rotura de huesos. Por si fuera poco, algunos animales incluso se arrancan las extremidades a mordiscos para intentar liberarse, y los efectos del pegamento de sujeción también pueden provocar asfixia”.

Refiriéndose a la prohibición en Inglaterra, directora ejecutiva de HSI/UK, Claire Bass, dijo: “Las trampas de pegamento son dispositivos burdos que causan una horrible agonía a millones de animales. Como será ilegal que los consumidores las utilicen, esperamos que las tiendas las retiren de sus estantes porque su venta será igualmente ilegal”.

Bass agregó: “un animalito sintiente se ve inmoralmente forzado a asfixiarse, a morir lentamente por sus heridas o a ser ineptamente sacrificado por miembros del público no preparados que recurren a ahogarlos o a tirarlos a la basura cuando aún están vivos en estas tablas adhesivas”.

HSI/UK escribe “para que estos terribles artefactos dejen de emplearse impunemente, habrá que supervisar adecuadamente el régimen de licencias para el uso de trampas de pegamento por parte del sector de control de ‘plagas’ “.

El activista por los derechos de los animales Chris Packham también ha declarado que “cuando los animales silvestres, como los ratones y las ratas, logran convivir con los humanos, los etiquetamos como ‘plagas’ o ‘alimañas’ y parece que asumimos que eso es una luz verde para despreciar totalmente su bienestar. Un ejemplo de ello son las trampas de pegamento. Hay que cambiar esta forma de pensar. Felicito a HSI/UK por la victoria de su campaña ‘Unstuck’ y estoy encantado de que las crueles e innecesarias trampas de pegamento dejen de ser de uso público, lo que propiciará un enfoque más compasivo y también eficaz para tratar la fauna salvaje no deseada. Esta ley es una gran noticia no solo para los ratones y las ratas, sino también para las muchas víctimas colaterales que quedan atrapadas en el pegamento”.

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Día Mundial del Animal de Laboratorio: Camino al remplazo de la crueldad animal 

El Día Mundial del Animal de Laboratorio se conmemora desde el año 1979, gracias a la organización británica Sociedad Nacional Anti-Vivisección (NAVS por su sigla en inglés), la que busca erradicar el uso de animales para pruebas científicas, de productos cosméticos, higiénicos, entre otros.

Se sabe que más de 192 millones de animales se utilizaron con fines científicos en todo el mundo en 2015, y que los principales animales utilizados para estos propósitos son ratones, peces, ratas, conejos, conejillos de Indias, hámsters, animales de granja, pájaros, gatos, perros, minicerdos y primates no humanos.

Afortunadamente, el desarrollo de métodos alternativos que no impliquen el uso de animales está creciendo, y  debido a las innovaciones en la ciencia, las pruebas con animales están siendo reemplazadas en áreas como toxicidad, neurociencia, seguridad cosmética y el desarrollo de fármacos.

“Como organización hemos educado por 10 años sobre la importancia de eliminar las pruebas en animales para cosméticos, y este día es sumamente importante para volver a recordar que debemos exigir el avance de la ciencia y la innovación para obtener métodos alternativos más éticos y seguros para los humanos” indicó Camila Cortínez, co-fundadora y Directora General de ONG Te Protejo. 

La organización ha impulsado la campaña Be Cruelty Free desde el año 2017 en Chile, promoviendo el Boletin #13.966-11, que busca una modificación al código sanitario, para que no se permitan test en animales en las pruebas de seguridad de cosméticos para comercialización en Chile, tanto en productos finales como ingredientes. El proyecto de ley fue aprobado por la Cámara de Diputados en diciembre de 2021, y se encuentra a la espera de discusión en la Comisión de Salud del Senado. 

En la industria cosmética, ya existen más de 25 test aprobados por la comunidad científica para remplazar el uso de animales en pruebas de seguridad cosmética, y hasta la fecha 41 país han legislado para acabar con estas prácticas, incluido México, Colombia, y algunos Estados de Brasil. 

Puedes apoyar esta iniciativa firmando la petición en www.becrueltyfreechile.org, o informándote en las redes de Te Protejo (@teprotejo) o en su página web www.ongteprotejo.org .

Acerca de ONG Te Protejo

Te Protejo es una organización sin fines de lucro fundada el año 2012, que tiene como misión promover el uso de productos cuya fabricación sea libre de crueldad animal. Te Protejo es la primera organización en Latinoamérica capaz de certificar a empresas que no testean en animales. Más de 80 ya se han certificado con ella y lucen su conejo distintivo, basado en el modelo de organizaciones internacionales como Peta y Leaping Bunny. La ONG también consolida el único listado de marcas disponibles en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, que han sido comprobadas como libre de testeo animal por organizaciones certificadoras. Más información en www.ongteprotejo.org 

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Inversor estadounidense condena a McDonald’s por permitir y habilitar “un maltrato grotesco de los animales”

Han pasado 10 años desde que McDonald’s hiciera una promesa, incumplida, de eliminar las jaulas de gestación en su cadena de suministro.

Varios medios de comunicación estadounidenses informan de que el inversor multimillonario Carl Icahn ha denunciado a McDonald’s por el uso persistente de jaulas de gestación para las cerdas preñadas. Icahn, que lleva años abogando por el tema, escribió que los gerentes de McDonald’s “se dan palmaditas en la espalda, mientras consienten la crueldad”.

Icahn acusa a McDonald’s de permitir un “grotesco maltrato de los animales” añadiendo que “la incapacidad de la empresa para hacer avances significativos en las promesas hechas en 2012 – claramente se derivan de la disfunción y la indiferencia de la junta directiva de McDonald’s”.

Icahn ha escrito una carta abierta a los accionistas de McDonald’s en la que critica al gigante de la comida rápida por haber “arruinado su propia credibilidad” al no haber “eliminado el uso de las crueles jaulas de gestación en su cadena de suministro”.

En la misiva de ocho páginas, publicada el jueves 21 de abril, Icahn arremete contra McDonald’s, diciendo que la compañía no ha cumplido con su compromiso de poner fin a la controvertida práctica de confinar a las cerdas gestantes en espacios reducidos. McDonald’s acordó y prometió eliminar las jaulas de gestación, que han sido ampliamente criticadas como mecanismos inhumanos, en un proceso que tomaría 10 años.

Habiendo pasado una década, sin avances significativos, Icahn amenazó en febrero con iniciar una pugna de accionistas sobre el tema. Al publicar la carta y la declaración del jueves, en la que proponía nuevos miembros del consejo de administración, Icahn ha cumplido su advertencia.

“Se dan palmaditas en la espalda, mientras consienten la crueldad – por lo visto, ciegos a lo evidente”, escribió Icahn. “Creo que la obscena crueldad infligida a estos animales a través del confinamiento es completamente innecesaria, condenable y desalineada con lo que los estadounidenses esperan de la cadena de comida rápida número 1 de nuestro país”.

Además de McDonald’s, Icahn también echó en cara a “un gran número de empresas de Wall Street y sus banqueros y abogados”, a “Big Meat” y al “lobby conectado” de la industria cárnica, diciendo que defienden vanas agendas medioambientales, sociales y gubernamentales.

El inversor escribió que McDonald’s está “engañando a los clientes, a los empleados y a los accionistas” al afirmar que la empresa espera “abastecerse del 85% al 90%” de su carne de cerdo en Estados Unidos “de cerdas no encerradas en jaulas de gestación durante la preñez”.

“Pero esa afirmación es una invención cínica destinada a engañarnos para que creamos que esta forma atroz de abuso animal en la cadena de suministro de McDonald’s prácticamente no está ocurriendo”, escribió Icahn. “En realidad, estas cerdas, que tienen múltiples camadas de lechones cada año, están confinadas en jaulas de gestación durante cada uno de los embarazos durante aproximadamente cuatro a seis semanas, 24 horas al día, siete días a la semana”.

El multimillonario escribió que pide a McDonald’s que deje de actuar de forma “irresponsable y censurable” y “se comprometa a eliminar las jaulas de gestación de su cadena de suministro para finales de 2023” y a ampliar ese objetivo a su “cadena de suministro global para 2024.” También exigió que la empresa incorpore nuevos directores a su consejo de administración.

Aunque la industria porcina ha defendido las jaulas de gestación como una medida necesaria para impulsar la productividad y evitar que los cerdos se peleen, los activistas del bienestar animal no están de acuerdo. En un informe de 2013, la Humane Society of the United States afirmó que estas jaulas tienen “un coste psicológico y perjudican” el bienestar de los cerdos.

En su última carta, Icahn escribió que las jaulas también impiden el “tremendo instinto maternal” de los animales y su capacidad para “establecer vínculos con sus bebés.” Icahn se enteró del problema gracias a su hija Michelle, una vegetariana que ha trabajado con la Humane Society.

“Este grotesco maltrato de los animales -y la incapacidad de la compañía para hacer un progreso significativo en las promesas hechas a múltiples partes interesadas en 2012- claramente provienen de la disfunción y la indiferencia en la junta directiva de McDonald’s”, escribió Icahn el jueves. “Creo que los clientes de McDonald’s quieren alimentos que se obtengan de forma ética, responsable y humana. Las jaulas de gestación no son nada de eso”.

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¿Es posible amar a los animales y a la vez contribuir a su sufrimiento?

Mucha gente, en todas partes, proclama amar a los animales. Se enternecen con ellos a la vez que se indignan cuando alguien los hace sufrir. Sin embargo, ¿es posible amar a los animales y al mismo tiempo ser parte de un sistema que mata a 80.000 millones de animales terrestres y hasta 2,7 billones de animales marinos cada año?

Vivimos en un mundo en que la mayoría de las personas se define como amantes de los animales. Amamos y valoramos a los animales que tradicionalmente hemos tenido en nuestros hogares, como perros y gatos. Estos son los animales que amamos y protegemos. Claro está, es imposible amar y al mismo tiempo ser violentos con quienes decimos amar. Si un padre golpea a sus hijos, ¿diríamos que ese padre ama a sus hijos? O si alguien maltrata a su pareja, ¿podría decirse que la ama? Obviamente no, porque no se puede amar a alguien si se le inflige sufrimiento y dolor intencionados. Va en contra de los fundamentos mismos del amor. Esto también se aplica a los animales; si alguien golpea y maltrata a un perro, difícilmente lo llamaríamos amante de los perros; si alguien mata a un gato, no le creeríamos si se declara amante de los gatos.

Y, sin embargo, quienes dicen ser amantes de los animales están pagando para que cerdos, vacas, corderos, gallinas, gansos, peces, etc. sean sacrificados a una escala horrorosa: 80 mil millones de animales terrestres y 2,7 billones (millones de millones) de animales marinos, cada año. Dicho de otra forma: si usted ama a otro ser, jamás contribuiría que se inflija dolor, sufrimiento, que se la preñe a la fuerza, que se la mutile, que se le arrebaten los hijos, que se le explote, que se le cercene el cuello, que se le meta en una cámara de gas. Estas son las cosas que otros hacen, en nuestro nombre, a los seres que decimos amar.

Los animales piensan, sienten y quieren vivir

Para amar a los animales, y no solo a las mascotas, es necesario ser vegano, es imprescindible dar ese paso. Porque para amar de verdad a los animales, es necesario mostrarles respeto, compasión, bondad, hacerles sentir dignidad, mostrarles el mismo respeto que disfrutan nuestros perros, gatos y hámsteres. Amar realmente a los animales implica ser vegano, porque ser parte de un sistema que los cría para explotarlos y hacerlos sufrir es precisamente lo opuesto a amarlos.

Para entender mejor estas ideas, consideremos el concepto de especismo. Las mascotas que viven en nuestros hogares tienen nombres propios, reciben mimos y arrumacos, celebramos sus travesuras, jugamos con ellos, procuramos que coman bien y que hagan ejercicio, que corran libremente. Son, en definitiva, un miembro más de la familia. Paralelamente, en las granjas de todo el mundo viven hacinados miles de millones de animales, no tienen nombre propio – a lo más etiquetas engrapadas en sus orejas – y sus cortas vidas son de constante explotación. No juegan ni hacen ejercicio, pudiendo solo caminar interminablemente en círculos en los corrales de hormigón en los que son obligados a pasar sus vidas.

Aparte de su forma física, no hay nada que separe moralmente a un perro o un gato de un cerdo o de una vaca. Entonces, ¿por qué estos dos últimos animales vivirán vidas tan diferentes y serán vistos de forma tan distinta? La explicación está en el especismo.

La palabra especismo, que fue popularizada por Peter Singer en su libro de 1975, Liberación Animal, se refiere a un prejuicio o actitud unilateral a favor de los intereses de los miembros de la propia especie y en contra de los miembros de otras especies, así como a la consideración del valor moral de algunos animales como algo inviable simplemente por su especie.

Un ejemplo de esto es el prejuicio según el cual está bien favorecer el deseo de un humano de comer un sándwich de tocino, por encima del deseo de un cerdo de no ser abatido en una cámara de gas. El especismo habilita una mentalidad de discriminación que a su vez facilita la explotación. Conlleva intrínsecamente la idea de una superioridad humana que justifica los deseos humanos más triviales e innecesarios, haciéndolos moralmente permisibles, como desollar animales para vestir una chaqueta de cuero, empujar a los cerdos a las cámaras de gas para así poder comer ese sándwich de tocino, o separar a los terneros recién nacidos de sus madres para poder poner la leche resultante en nuestro café.

El especismo nos ha permitido crear un mundo en el que se matan billones de animales cada año, con decenas de miles de millones de ellos viviendo vidas abyectas y horribles. Sus cuerpos mutilados, sus sistemas reproductivos abusados y sus bebés robados. Se ignora su individualidad y su deseo de evitar el sufrimiento y, en última instancia, se les quita la vida por la fuerza. No hay una forma “humana” de matar a un ser que quiere seguir viviendo. La violencia es parte intrínseca de sus muertes.

Quienes nos oponemos al especismo reconocemos que los humanos y los no humanos somos distintos en varios aspectos, como la forma física, la inteligencia y la sociabilidad, entre otros. Sin embargo, no son las diferencias las que son relevantes a la hora de decidir si los no humanos tienen importancia moral y derecho a la dignidad, sino las similitudes. Fundamentalmente, hablamos de la sintiencia, es decir, la capacidad de sentir y experimentar subjetivamente nuestras vidas. Si es la sintiencia lo que hace que los animales humanos seamos dignos de consideración moral, del mismo modo es la sintiencia lo que hace que los animales no humanos también sean dignos de consideración moral.

Muchas personas sostienen que hay diferencias discernibles que justifican la explotación de los animales no humanos. Los defensores del especismo suelen decir que “los animales son menos inteligentes, carecen de las capacidades cognitivas de los humanos y no pueden mostrar el mismo nivel de autonomía, responsabilidad o desempeño social”. De esta observación deducen que es aceptable explotarlos. Pero entonces, desde una perspectiva estrictamente lógica, esta argumentación podría utilizarse para justificar dañar a los bebés humanos, precisamente debido a su menor cognición y capacidades. Sin embargo y, faltaría más, ocurre precisamente lo contrario, ya que damos una consideración especial a los bebés debido a su menor cognición y nula autonomía. Especismo es justificar el abuso de los animales por las mismas razones que nos llevan a proteger a nuestros bebés.

Volviendo al tema de las mascotas, nadie queda indiferente ante una situación callejera en que un humano golpea a un perro o un gato. Incluso las leyes suelen castigar tales abusos con diversas reacciones punitivas, dependiendo de su gravedad. Pero lo mismo no ocurre con cerdos, vacas o pollos. Así, la única diferenciación discernible que utilizamos para maltratar a algunos animales es su especie, el cuerpo en el que han nacido.

Al ver imágenes de una vaca siendo degollada, o de un cerdo siendo forzado a entrar en una cámara de gas, muchos se encogerán de hombros y dirán “es solo una vaca, o un cerdo”. Paralelamente, nadie diría a quién acaba de perder a su perro, “es solo un perro”. Especismo puro.

Quienes nos oponemos al especismo sostenemos que no es moralmente justificable discriminar a un animal simplemente por su cuerpo, del mismo modo que no está justificado discriminar a un humano simplemente por el cuerpo en el que ha nacido. Lamentablemente, el especismo está tan arraigado y normalizado en las sociedades, que ni siquiera es percibido como un problema. Muchos humanos ven a los animales no humanos con tanta indiferencia y desconsideración que incluso se ofenden ante el mero planteamiento de que los animales merecen consideración. Creen que reconocer que también merecen derechos básicos es de alguna manera degradante para nuestra propia especie, o una deslealtad.

A mi juicio, dejar de torturar y matar innecesariamente a billones de seres sintientes no es ni siquiera un acto de bondad. Es simplemente una cuestión de justicia elemental.

Es hora de hacer algo. Es hora de ser vegano.

Héctor Pizarro
Sociedad Vegana

Ilustración: Perros felices (c) Canva. Cerdito sufriendo (c) Nettverk for Dyrs Frihet, en artículo Revelan años de abuso y violencia sistemática contra los cerdos en Noruega

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Empresa de Elon Musk enfrenta graves denuncias de maltrato animal

Neuralink ha admitido haber practicado la eutanasia a ocho monos que, según denuncia de médicos, habrían sido torturados, mutilados y sacrificados en experimentos cerebrales invasivos y mortales.

La empresa de chips cerebrales de Elon Musk, Neuralink, ha admitido haber matado a ocho monos en medio de una polémica por someter a los animales a un “sufrimiento extremo”.

La denuncia fue hecha por el Comité de Médicos por una Medicina Responsable (PCRM), organización sin ánimo de lucro, luego de analizar 600 páginas de documentos sobre las pruebas realizadas con 23 monos macacos rhesus.

La organización, formada por más de 17.000 médicos, concluyó que los “experimentos cerebrales invasivos y mortales” causaron un “sufrimiento extremo” a los primates implicados y violaron la Ley de Bienestar Animal de Estados Unidos.

El PCRM también presentó una denuncia ante el USDA contra la Universidad de California, Davis, que recibió más de 1,4 millones de dólares de Neuralink para realizar los experimentos.

Los horrorosos abusos de Neuralink con los monos

Neuralink es una empresa con sede en San Francisco y está trabajando en el desarrollo de un chip que puede implantarse en el cerebro y conectarse a una computadora. Según la empresa, la interfaz cerebro-computadora permitirá a los humanos controlar dispositivos utilizando sólo su mente. Para probar los chips, Neuralink perforó agujeros en el cráneo de monos para implantar en sus cabezas los dispositivos con forma de moneda.

Según el PCRM, los investigadores destruyeron partes del cerebro de los animales con sustancias no aprobadas como parte de los experimentos -que se extendieron de 2017 a 2020- y no les proporcionaron atención veterinaria. En un comunicado de prensa, la organización destacó las diferentes formas en que los monos fueron torturados.

En la nota se señala que, por ejemplo, los investigadores “atornillaron postes de acero” a sus cráneos, según el comunicado. Además, los primates sufrieron convulsiones, traumas faciales e infecciones recurrentes tras los implantes.

Los monos utilizados en el proyecto también manifestaron multitud de efectos secundarios, como vómitos, ansiedad, pérdida de apetito y pérdida de pelo.

PCRM señaló que a un mono le faltaban los dedos de las manos y de los pies “posiblemente por automutilación o por algún otro traumatismo no especificado” y que el mono fue posteriormente sacrificado.

Otro mono sufrió una hemorragia cerebral tras la implantación de electrodos en su cerebro.

Jeremy Beckham, coordinador de defensa de la investigación del PCRM, dijo: “Estos espantosos experimentos fueron realizados por una empresa privada en una institución pública. Los documentos revelan que a los monos se les mutiló el cerebro en experimentos de mala calidad y se les dejó sufrir y morir. No es un misterio por qué Elon Musk y la universidad quieren mantener ocultas al público las fotos y vídeos de este horrible abuso”.

Respuesta de la empresa

En respuesta a las acusaciones, Neuralink reveló que, efectivamente, aplicó la eutanasia a ocho monos debido a los experimentos cerebrales, y que la mayoría se debió a fallos de funcionamiento e infecciones asociadas a sus implantes cerebrales, en una entrada de su blog.

Sin embargo, la empresa refutó enérgicamente la afirmación de que se abusara de los animales o se les sometiera a un “sufrimiento extremo”, señalando que “En Neuralink, estamos absolutamente comprometidos a trabajar con animales de la manera más humana y ética posible”, dijo la empresa de neurotecnología. El uso de cada animal se planificó y consideró ampliamente para equilibrar el descubrimiento científico con el uso ético de los animales”.

La empresa, que está previsto que comience los ensayos en humanos a finales de este año, defendió además su uso de la investigación en animales, ya que “todos los dispositivos y tratamientos médicos novedosos deben probarse en animales antes de que puedan probarse éticamente en humanos. Neuralink no es única en este sentido”.

Un portavoz de UC Davis también defendió el proyecto de Neuralink. El representante dijo a Fortune que la universidad “revisó y aprobó a fondo” los protocolos de investigación utilizados por Neuralink. “Nos esforzamos por proporcionar el mejor cuidado posible a los animales a nuestro cargo”, dijo el portavoz. La investigación con animales está estrictamente regulada, y la UC Davis sigue todas las leyes y reglamentos aplicables, incluidos los del Departamento de Agricultura de Estados Unidos”.

“Neuralink quiere presentar una imagen halagüeña de cómo se ha tratado a los animales, pretendiendo que nunca se les obligó a participar”, dice Deborah Dubow Press, abogada general asociada del Comité de Médicos. “Cómo obtuvieron el consentimiento para la cirugía cerebral de 23 monos es algo que no me explico”.

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Granja española de los horrores revelada por Igualdad Animal irá a juicio

Las prácticas de una granja porcina de la región de Murcia, España, que por la escala del maltrato animal revelado llevó a la Fundación Igualdad Animal a calificarla de “granja de los horrores”, finalmente serán consideradas por los tribunales españoles.

En su sitio web, Igualdad Animal presenta el caso relatando que el escándalo salió a la luz en 2018 producto de un documental en el que participó la Fundación. En el documental se difundieron imágenes que revelaban las atroces condiciones a las que se encontraban sometidos los cerdos de la granja Hermanos Carrasco.

Esta semana, la Fundación escribe que la Audiencia Provincial de Murcia ha acogido el recurso, con lo que se inicia el esperado proceso judicial. El auto concuerda que existen claras evidencias de maltrato animal, al concluir que: “Los animales que aparecen en dichas imágenes presentan lesiones compatibles con una situación de maltrato por omisión o negligencia donde no se han tomado las medidas necesarias en el momento adecuado encaminadas a evitar su sufrimiento continuo, siendo abandonados a su suerte hasta que mueren, siendo objeto de prácticas de canibalismo por parte de sus congéneres de corral”.

Javier Moreno, cofundador de Igualdad Animal, que investigó la granja junto a Jordi Évole y su equipo, declaró: “Es un paso muy importante que los responsables de los abusos cometidos en esta granja de los horrores, un escándalo que conmocionó a la sociedad española, sean juzgados. Es necesario que haya juicio para que asuman todas las responsabilidades y se haga justicia en un caso que no solo es el mayor escándalo de maltrato en granjas en la historia de España, sino que es un posible escándalo de salud pública que la ciudadanía tiene derecho a conocer”.

Igualdad Animal revela que gran parte de los animales, destinados al consumo humano, padecían hernias y tumores tan grandes que algunos no podían ni moverse, deformidades y abscesos, sin recibir ningún tipo de atención veterinaria.

“Había cadáveres de cerdos pudriéndose entre los vivos e incluso documentamos escenas de canibalismo entre algunos animales”, señala la organización, agregando que en esos momentos la granja de los Hermanos Carrasco suministraba sus cerdos a El Pozo, multinacional española con presencia en 80 países.

Igualdad Animal escribe que El Pozo se negó a participar en el programa donde se expusieron los horrores de la granja de los hermanos Carrasco. “Desde un primer momento, El Pozo negó su vínculo, pero las imágenes de animales enfermos y deformes emitidas tuvieron repercusión internacional y varios supermercados belgas retiraron los productos de El Pozo de sus estanterías. Fue entonces cuando, temiendo la misma reacción en otros países, El Pozo emitió un comunicado en el que informaba que había roto relaciones con la granja investigada. De esa forma, El Pozo reconocía el vínculo que había negado desde el principio de la crisis”.

Indudablemente este es un logro importante. Celebramos la decisión de la audiencia de Murcia, que contrasta con la pasividad observada en países como Noruega, donde prácticas similares en granjas porcinas pueden prolongarse hasta por una década sin que las autoridades administrativas, políticas ni judiciales decidan intervenir, según hemos denunciado.

Igualdad Animal invita a los interesados a firmar la petición “Stop Granjas Industriales. Al momento de publicación de este artículo, 9.485 personas han firmado la petición, con lo que faltan poco más de 500 para conseguir las 10.000 necesarias.

Ilustración: Fotografías de cerdos enfermos con hernias, destinados a la producción de productos cárnicos de El Pozo, y fotografía del equipo jurídico y representantes de Igualdad Animal en el frontis de los Juzgados de Totana © Igualdad Animal. Logotipo de El Pozo, fotograma, presentación de la empresa en YouTube © El Pozo.

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Veganismo

Deportista estrella se hizo vegana tras entender lo “egoísta” que era comer carne

La renombrada jugadora inglesa de cricket Mady Villiers dice que adoptó una dieta basada en plantas en consideración a los animales. En una entrevista publicada el 1º de febrero por la BBC, Villiers dijo haber abandonado los productos animales en 2019 después de ver una conferencia en línea sobre el veganismo mientras cuidaba una pierna fracturada.

La jugadora declaró a la BBC que nunca fue consciente de lo que ocurría en el mundo animal y de cómo éste se relacionaba con los alimentos que consumía. “Nunca había pensado en los alimentos que comía. Nunca me detuve a pensar en la vida que habían tenido. En realidad, fui bastante egoista”.

Sin embargo, al entender todo el sufrimiento animal que había de por medio, cambió de la noche a la mañana a una dieta basada en plantas. Comenta que su madre mostró consternación y que incluso la trató de loca, intentando convencerla de revertir su decisión. Villiers, de 23 años de edad, relata: “Le dije que no, que no era una dieta. No es algo que vaya a empezar el lunes, mamá, es diferente”.

Villiers, seleccionada nacional de su país, es según la BBC una de las jóvenes promesas del cricket.

La jugadora estrella recalcó que ser vegana no ha afectado en lo absoluto su juego ni su desempeño. “Por el contrario, me siento mejor. Me recupero mucho más rápido; no esperaba que se produjeran estos beneficios. Ya no estoy tan rígida. En general, me siento mucho más fresca cuando me despierto”.

Ilustración: Mady Villiers, fotograma YouTube

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Derechos animales

Gucci enfrenta críticas por uso de tigres en campaña publicitaria

Una reciente campaña de Gucci para promocionar una línea de productos con motivo del Año del Tigre mostraba a algunos de los grandes felinos no en su entorno natural, sino en un ambiente de estilo de vida de los ricos y famosos. Los tigres, con su majestuosa presencia, fueron colocados junto a personas con ropa y accesorios caros en casas con esa decoración chillona que supuestamente es sinónimo de gran riqueza.

Diversos grupos de defensa de los animales arremetieron contra la marca por tratar a los animales salvajes y en peligro de extinción como si fueran mascotas o accesorios.

El razonamiento de quienes critican a Gucci es que tales campañas glorifican el abuso de los animales y contribuyen a la sensación de que son juguetes para el disfrute humano, al tiempo que pueden fomentar su explotación.

La campaña de Gucci podría incluso alimentar la demanda pública de productos y experiencias con animales salvajes, ya sean legales o ilegales.

Experto en marketing elogia a Gucci

“No veo ningún motivo de controversia”, dijo a Campaign Magazine Daniel Langer, CEO de la empresa de estrategia y desarrollo de marcas de lujo Équité y profesor ejecutivo de estrategia de lujo en la Universidad Pepperdine de California. “La forma en que está filmada la campaña es del típico estilo de Gucci, una celebración de la gente que expresa su individualidad utilizando el humor y la ligereza al exagerar una situación claramente absurda con un guiño”. Según Langer, “mostrar un animal puede ayudar a sensibilizar y a motivar medidas de conservación. Tiene que ser siempre con la marca y respetuoso. Gucci lo ha hecho perfectamente”.

Hay un cambio y positivo, aunque lento

Boaz Paldi, director de compromisos y asociaciones globales del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que trabaja en una amplia gama de iniciativas de protección de los animales, declaró a Campaign: “Hay un cambio lento. No es tan rápido como nos gustaría, pero está ahí. Los consumidores de hoy en día son más conscientes del impacto medioambiental, de la sostenibilidad, de los costes reales de los productos y de los daños. Definitivamente estamos viendo ese cambio en todos los ámbitos”.

Paldi dice que entiende las críticas a la campaña de Gucci. “Sólo hay unos 3.800 tigres en estado salvaje, así que es un problema muy, muy grave, y creemos que la percepción de los animales como accesorios contribuye a ello. Necesitamos que las organizaciones lideren el camino educando a sus consumidores sobre la situación de los animales salvajes, en lugar de impulsar directa o inadvertidamente su explotación comercial”.

Ilustración: fotograma, campaña de Gucci, YouTube.

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Derechos animales

En Estados Unidos, los fiscales comparan a las macrogranjas con las víctimas de abuso sexual

En los juicios contra animalistas, las filmaciones hechas por estos, donde documentan las espantosas y crueles prácticas contra los animales, son excluidas como evidencia ya que “exponen innecesariamente a la víctima”.

La publicación The Intercept escribe que en un reciente aumento de las causas en tribunales estadounidenses contra activistas de los derechos de los animales, que se enfrentan a fuertes condenas por sacar a animales enfermos de las granjas, las autoridades buscan suprimir toda mención durante el juicio de la crueldad con los animales, a pesar de tratarse de un factor altamente relevante.

El mes que viene, un juez de Utah escuchará las mociones previas al juicio sobre la exclusión de pruebas en un caso contra dos miembros del grupo de liberación animal Direct Action Everywhere, o DxE. Los activistas se enfrentan a cargos de robo y hurto por sacar dos lechones agonizantes de una granja porcina en 2017, por lo que podrían ser condenados a más de una década de prisión. El fiscal general de Utah busca excluir todas las pruebas y testimonios relacionados con el trato tortuoso a los animales, incluido un espeluznante vídeo filmado por los activistas mientras retiraban a los cerdos.

En concreto, el fiscal busca reducir sustancialmente  la capacidad de los activistas para defenderse en el juicio. “Creo que se trata de una práctica muy poco ética e inconstitucional. Amordaza a los activistas y les impide contar una historia coherente a un jurado”, declaró Jon Frohnmayer, activista y abogado de DxE a la publicación, agregando que “más preocupante aún es que impide el análisis de las pruebas de crueldad animal en un tribunal, que es precisamente la instancia en que deberían analizarse dichas pruebas. Es, en definitiva, un abuso institucional de los animales por parte de la misma institución que debería protegerlos”.

Los tribunales de Estados Unidos tienen un preocupante historial de excluir las pruebas de violencia contra los animales en los casos de liberación animal. Sin este contexto esencial, la acusación ha enmarcado a los acusados como vándalos sin sentido, ladrones e incluso terroristas.

The Intercept Recuerda un renombrado caso federal de mediados de la década de 2000 contra los activistas de Stop Huntingdon Animal Cruelty, “los 7 de la SHAC”, como se les conoce, quienes fueron condenados por cargos federales de terrorismo, en circunstancias que su actividad debió haber estado protegida por la Primera Enmienda. Durante el juicio, a los activistas de la SHAC no se les permitió ni siquiera mencionar el horrible tratamiento de los animales en los laboratorios de pruebas de Huntingdon Life Sciences.

Natasha Lennard, autora del artículo, recuerda otros juicios en que el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha calificado a los defensores del medio ambiente y de los animales de “terroristas”, a pesar de que estos movimientos nunca mataron a personas o animales.

Lennard observa que la estrategia del fiscal general de Utah para excluir pruebas, incluye desvirtuar  la llamada defensa por necesidad, que podría, por ejemplo, justificar legalmente que una persona rompa un cristal del coche de un desconocido para salvar a un perro que se está asfixiando. Este principio, que podría aplicarse a los casos de rescate de animales que sufren, no puede ser invocado ya que la documentación de tal sufrimiento -por ejemplo filmaciones hechas por los activistas dentro de la granja- es inadmisible.

“Las mordazas de los tribunales al hablar de la violencia contra los animales forman parte de un tratamiento más amplio y perverso de los animales ante la ley”, comentó Lauren Gazzola a The Intercept. Gazzola es una activista de la SHAC que cumplió 40 meses en una prisión federal. “Legalmente, los animales son propiedad. Son materia prima que se convierte en comida o ropa o se utiliza como tubo de ensayo”.

Un ejemplo en jurisprudencia, donde la fiscalía ha conseguido excluir pruebas, ha sido una norma de Utah concebida para proteger a las víctimas y supervivientes de agresiones sexuales, conocida comúnmente como ley de escudo contra la violación. “Existen importantes precedentes de exclusión de pruebas, cuando estas puedan crear confusión o desprestigiar a la víctima, como ocurre en este caso”, escribió el fiscal general, comparando así, literalmente, a una poderosa empresa agrícola – “la víctima”- con una persona que ha sido agredida sexualmente.

Bonnie Klapper, ex fiscal federal que ahora asiste a activistas de los derechos de los animales como abogada defensora penal, dijo a Lennard que “El propósito de esta norma probatoria es proteger a las víctimas de agresiones sexuales para que no sigan siendo víctimas en los tribunales. Nunca se pretendió impedir la revelación de pruebas relacionadas con la crueldad hacia los animales. Es irónico que el fiscal utilice una ley de escudo contra la violación para proteger la reputación del propietario de la granja porcina, el gigante industrial de la carne Smithfield, que se dedica a la inseminación forzada masiva y repetida de hembras y a la castración de lechones machos sin anestesia. Legalmente, los animales son cualquier cosa, menos lo que realmente son: individuos sensibles y a menudo cognitivamente complejos con vidas que merecen ser vividas”.

The Intercept agrega que también es irónico que el gobierno intente excluir las pruebas de vídeo que muestran un relato completo y total de los supuestos delitos. Los activistas se filmaron a sí mismos entrando en la instalación porcina; dirigieron la cámara hacia los cerdos -cerdos madre con los pezones ensangrentados, cerdos con enormes llagas abiertas, lechones muertos y moribundos en el suelo- y se filmaron a sí mismos sacando a los lechones. La fiscalía argumenta que, si se presenta ante el tribunal, los comentarios de los activistas sobre las nefastas condiciones de la fábrica y cualquier mención al maltrato de la empresa a sus animales serían “injustamente perjudiciales”. El hecho de que un fiscal haga todo lo posible por excluir las imágenes en tiempo real del presunto delito es, en realidad, un intento de ofuscación al excluir un contexto fundamental para el juicio.

Natasha Lennard concluye su artículo señalando que los activistas de la liberación animal se arriesgan para cambiar los paradigmas legales y sociales en torno al tratamiento de la vida no humana. “Los tribunales serían un escenario clave para esta lucha si no fuera por las tácticas silenciadoras de los fiscales del Estado”.

Ilustración: Fotograma del video ¿Activistas que se enfrentan a 60 años de prisión por el rescate de lechones?

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