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Nuestro planeta

La industria cárnica planea maquillarse de verde en la Cop28

The Guardian ha informado sobre los planes de la industria de la carne para presentar una narrativa pro-cárnica en la próxima conferencia climática COP28. Enfrentada a las críticas por sus importantes emisiones de gases de efecto invernadero, la industria pretende presentar la carne como un “alimento sostenible”. Esta iniciativa está siendo liderada por grandes empresas como JBS y grupos influyentes como la Global Dairy Platform y el North American Meat Institute.

Los documentos de la Alianza Mundial de la Carne (GMA), filtrados a The Guardian, revelan un esfuerzo concertado para promover la perspectiva de la industria respecto al impacto medioambiental. Estos documentos sugieren que la industria está tratando de desafiar las opiniones predominantes sobre el daño medioambiental causado por la producción de carne y lácteos, en particular haciendo hincapié en lo que denomina “el papel de la carne en el mantenimiento de suelos sanos a través de la agricultura regenerativa”, a pesar del escepticismo científico sobre su eficacia a largo plazo en el almacenamiento de carbono.

Esto significa que la industria cárnica se está preparando estratégicamente para contrarrestar la narrativa de que reducir el consumo de carne es esencial para los objetivos del cambio climático. Planean utilizar su presencia en la COP28 para influir en los debates y en los responsables políticos, aprovechando las oportunidades de patrocinio que ofrece la conferencia y desplegando mensajes clave. Este enfoque incluye presentar las dietas basadas en plantas como extremas y presionar para que se incluya la carne en los debates sobre seguridad alimentaria y nutrición.

Existe una discrepancia significativa entre los niveles de consumo de carne en las distintas regiones, con los europeos y los norteamericanos consumiendo mucho más que la media mundial. La argumentación de la industria también pasa por alto el hecho de que las cuestiones relacionadas con el hambre y la malnutrición suelen estar motivadas por problemas de acceso a los alimentos y de distribución, más que de producción.

Además, la influencia de la industria se extiende a la política gubernamental, con grandes cantidades de dinero público que apoyan a los ganaderos de carne y productos lácteos frente a las fuentes alternativas de proteínas. Esta cómoda relación entre los gobiernos y la industria suscita dudas sobre la eficacia de las intervenciones del lado de la demanda para reducir el consumo de carne.

Los esfuerzos de la GMA forman parte de una tendencia más amplia en la que las grandes partes interesadas a menudo eclipsan las voces de los pequeños agricultores y ganaderos en los debates sobre el clima. A pesar de realizar una importante contribución a la producción mundial de alimentos, estos grupos reciben una mínima parte de la financiación climática y de la representación en los foros mundiales.

Ilustración: Sociedad Vegana vía Midjourney

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Derechos animales

El interminable ciclo noruego de maltrato y negligencia hacia los animales

Una desgarradora noticia de la industria porcina de Noruega saca a la luz, una vez más, fallos sistémicos y niveles escandalosos de crueldad animal en el país nórdico.

Un nuevo caso de crueldad animal reportado el 30 de octubre por la radiotelevisión noruega NRK revela cómo un granjero de Trøndelag, en el norte de Noruega, dejó sufrir y morir en el abandono a unos 1.500 cerdos desde noviembre de 2021, poniendo nuevamente de relieve la ineptitud de la autoridad supervisora, la inacción política y la insuficiencia judicial (ver artículos relacionados).

El 9 de enero de 2023, la policía local y Mattilsynet -la Autoridad Noruega de Seguridad Alimentaria- encontraron inicialmente lo que creían eran 200 cerdos muertos en una granja. Investigaciones posteriores demostraron que la situación era mucho más grave: aproximadamente 1.500 cerdos habían muerto debido a falta de alimentación y agua, y 76 cerdos supervivientes tuvieron que ser eutanasiados debido a graves problemas de bienestar. El granjero, que admite parcialmente su culpabilidad, atribuye su negligencia a dificultades personales y financieras, como problemas de salud y deudas crecientes. Las condiciones de la granja degeneraron hasta el punto de que los cerdos empezaron a comerse unos a otros por inanición. Otros perecieron ahogados en sus propios excrementos.

Este último caso representa un nivel de sufrimiento inimaginable, agravado por la decisión del granjero de mantener ocultos estos horrores a su familia y vecinos. Aunque el caso sigue bajo escrutinio legal, sirve como sombrío recordatorio de lo que puede ocurrir cuando un granjero simplemente se desentiende de sus animales.

Ecos de incidentes pasados: El caso de Kåre Skogstad 

Casos anteriores, como el de Kåre Skogstad, resuenan en esta tragedia. Skogstad dejó a 32 vacas de su propiedad en total abandono durante meses en 2021, haciéndoles incluso ahogarse en sus propios excrementos. Lo sorprendente no fue solo la mínima condena a siete meses de prisión, sino que el juez le permitió seguir criando vacas, únicamente imponiendo una limitación al número de animales que Skogstad podría tener bajo su responsabilidad. Casos como éste dejan al descubierto la falta de vigor del sistema judicial noruego a la hora de hacer cumplir las leyes de bienestar animal, o sancionar delitos consumados, una tendencia que persiste en la actualidad.

Escollos normativos y judiciales

Lo que une estas historias es el enfoque displicente de los organismos reguladores noruegos, especialmente la autoridad alimentaria Mattilsynet. Conocido por su ineptitud, el organismo público ha fracasado repetidamente a la hora de realizar inspecciones adecuadas, si es que las ha realizado, dejando espacio para que se desencadenen estas tragedias. Tras las revelaciones del periódico Dagbladet en 2021 sobre las condiciones deficientes en las granjas porcinas, se esperaba que Mattilsynet intensificara sus inspecciones y supervisión. Lamentablemente, no ha sido así. Entre las razones argumentadas en uno de los países más ricos del mundo figura la “falta de fondos”, para poner orden en el asunto. 

Indiferencia política

Más allá de los fallos normativos y judiciales, el ámbito político noruego ha mostrado  una alarmante indiferencia. Tal postura quedó encapsulada por Olaug Bollestad, quien siendo Ministra de Agricultura declaró tras un abrumador reportaje de NRK en 2019 que revelaba las deplorables condiciones de las granjas porcinas, estar “enfadada y decepcionada”. En 2021, después de que otro documental de la NRK titulado “Promesas Incumplidas” revelara un empeoramiento de la situación, manifestó estar “verdaderamente irritada”. En enero de 2023, de regreso en el Parlamento noruego como diputada, dijo estar “increíblemente decepcionada”.

Estos cambios de humor anuales de Bollestad no tuvieron impacto tangible alguno en la situación de las granjas porcinas en Noruega. La retórica repetitiva de la entonces Ministra no hizo más que subrayar la falta de voluntad política para introducir cambios. En lugar de instigar la reforma, el gobierno parece estar en un estado de decepción inerte, permitiendo que las tragedias persistan. El bienestar animal debería ser una cuestión no partidista, y sin embargo apenas araña la superficie en los debates legislativos. La lentitud de las reformas permite la perpetuación de estas tragedias.

Conclusión

Noruega está atrapada en un ciclo paralizante de fracaso normativo, indulgencia judicial y apatía política, cada uno de los cuales refuerza al otro, haciendo que el cambio sistémico sea cada vez más difícil de alcanzar. Como ponen de manifiesto los casos recientes, la consecuencia de esta disfunción no es meramente teórica; se cuenta en vidas animales de sufrimiento absoluto, generación tras generación, siendo evidente la total quiebra de las prácticas agrícolas éticas. 

A nuestro juicio, es hora de que Noruega reevalúe y reconstruya su enfoque del bienestar animal, desde las sentencias judiciales hasta los controles reglamentarios y el compromiso político.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

Ilustración: Fotografía tomada por la Policía de Noruega, y reproducida por NRK 

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Nuestro planeta

El lobby de la carne vende propaganda disfrazada de ciencia

Los retrocesos en la política de la UE sobre la carne, y el congelamiento de iniciativas a favor de la alimentación basada en plantas,  demuestran el poder de los grupos de presión de la industria.

The Guardian publica el 27 de octubre un extenso artículo relacionado con  la denominada Dublin Declaration of Scientists on the Societal Role of Livestock (Declaración de los científicos de Dublín sobre el papel social de la ganadería), denunciando los numerosos vínculos que sus autores tienen con la industria cárnica. Esta declaración, que apoya la producción y el consumo de carne, se ha utilizado para captar a altos funcionarios de la UE e influir en la política en contra de las recomendaciones medioambientales y de salud pública para reducir el consumo de carne. 

Según el reportaje investigativo de The Guardian, la declaración fue redactada principalmente por investigadores y organizaciones con vínculos financieros con los productores de carne. Uno de los autores calificó el veganismo de “trastorno alimentario” y ha dado charlas a un destacado grupo de negacionistas climáticos. La declaración se lanzó en una cumbre organizada y financiada por una agencia agrícola del gobierno irlandés conocida por trabajar en estrecha colaboración con la industria. 

The Guardian revela que la declaración comparte contenidos con un documento de posición preparado para la ONU por grupos de marketing cárnico. La declaración menciona artículos científicos cuestionables publicados en una revista entre cuyos patrocinadores se encuentran asociaciones de la industria cárnica. Las “pruebas” citadas  en el documento son criticadas por expertos independientes por ser selectivas, de mala calidad y por no reconocer los daños bien establecidos de los sistemas ganaderos actuales.

La declaración se asemeja a los conocidos manuales de propaganda de la industria bajo el disfraz de ciencia. Busca restar importancia al papel de la ganadería en el cambio climático, a la vez que propone resistirse a las iniciativas de salud pública y sostenibilidad orientadas a frenar el consumo y la producción de carne. Todo ello a pesar de las abrumadoras pruebas de que reducir el consumo de carne es esencial para alcanzar los objetivos climáticos y de sostenibilidad.

Según The Guardian, el lobby de la carne ya ha utilizado la declaración para influir en altos funcionarios de la UE, como el comisario de Agricultura, el polaco Janusz Wojciechowski. Se la presentaron directamente a él y a su equipo, quienes la calificaron como “la primera ciencia práctica que han visto”. Desde entonces, los reglamentos proyectados por la UE para promover las dietas basadas en plantas y poner fin a los fondos para la comercialización de la carne se han enfrentado a retrasos indefinidos o se han abandonado por completo. 

En opinión de The Guardian, esto pone al descubierto el amplio poder de presión de la industria cárnica, que utiliza la ciencia poco fiable para sofocar el progreso en cuestiones medioambientales acuciantes. Destaca la necesidad de transparencia sobre cómo grupos como éste difunden información errónea para proteger sus intereses en contra del bien público. 

The Guardian destaca que los expertos coinciden casi unánimemente en que los niveles actuales de consumo de carne son insostenibles. La continua oposición a reducir la ganadería daña la biodiversidad, impulsa la deforestación y hace casi imposible la estabilización del clima. También fomenta el consumo excesivo de productos relacionados con las enfermedades cardiacas, el cáncer y la resistencia a los antibióticos.  

La declaración busca defender el mito de que un alto consumo de carne es necesario o incluso saludable, en contra de toda evidencia. Confunde intencionadamente la ciencia para proteger beneficios comerciales por encima de los límites de sostenibilidad planetaria. 

Los expertos consultados por The Guardian sostienen que la política pública debe basarse en investigaciones independientes y revisadas por expertos, no en afirmaciones sesgadas de entidades con claros conflictos de intereses. La reducción de la carne beneficiará a la salud pública y a la sostenibilidad ecológica. Los científicos y los funcionarios públicos tienen la obligación de defender honestamente estos intereses, no de obstruir el progreso para apaciguar a las ricas corporaciones y sus grupos de presión.

Qué pensamos en Sociedad Vegana

El abrumador consenso de la ciencia rigurosa y basada en datos contradice directamente las afirmaciones de la declaración de Dublín. Numerosos estudios de alta calidad y rigor científico han demostrado de forma concluyente la masiva contribución de la ganadería al cambio climático, el deterioro del medio ambiente y los riesgos para la salud pública. Este cúmulo de investigaciones revisadas y validadas por expertos se contrapone frontalmente a los documentos selectivos y vinculados a la industria que se utilizan para reforzar las conclusiones sesgadas de la declaración. Cuando la ciencia realizada de forma independiente no se ajusta a sus intereses, la industria cárnica y los investigadores aliados recurren a propagar información errónea bajo la apariencia de autoridad académica. En realidad, la ciencia rigurosa no deja lugar a dudas de que los sistemas ganaderos actuales son insostenibles y que es imperativo reducir el consumo de carne.

Asimismo, el inmenso sufrimiento animal que provoca la ganadería industrial ofrece una razón adicional para poner freno a estas prácticas insostenibles. Los animales confinados de forma intensiva soportan unas condiciones de incomodidad y angustia extremas, todo ello para maximizar la eficiencia de la producción y el lucro. La declaración de Dublín ignora por completo esta dimensión ética, al referirse a los animales como simples productos. Cuando la verdadera ciencia no se alinea con sus intereses, la industria cárnica recurre a distorsionar los datos o a pagar a científicos para que oculten las verdades inconvenientes. La declaración parece ser sólo el último ejemplo de priorizar el crecimiento de la industria sobre el bienestar animal, la salud humana y el medio ambiente. 

Según el reportaje de The Guardian, Ana Granados Chapatte, de Animal Task Force, declaró que involucrar a su organización en la declaración de Dublín contribuiría a que ésta “siguiera siendo una iniciativa científica…  aunque Animal Task Force sea del sector privado”. Terminó esta afirmación añadiendo un emoji de una cara guiñando un ojo. El emoji da a entender que Granados no estaba siendo del todo franca y que admitía, en privado, los vínculos de su organización con la industria a pesar de restarles importancia públicamente. Sus palabras  y el guiño dejan en evidencia que el interés real de Granados es servir al sector ganadero dándole un barniz de legitimidad académica. 

Asimismo, The Guardian cita una entrada del blog de la Alianza Mundial de la Carne (GMA) donde su autor, quien no se identifica con su nombre, dice haber asistido a una reunión vía Zoom en la que se promocionaba la declaración de Dublín mientras consumía “un filete bastante grande”. Este alarde ante la cámara, y su posterior mención en el blog, no es solo un acto infantil, sino busca dejar en claro la actitud de GMA ante la crisis climática y el papel que el consumo de carne tiene en ella. Las maniobras de Ana Granados Chapatte y del bloguero anónimo de GMA dejan en evidencia que los verdaderos motivos de la declaración son el interés propio de la industria, y no la ciencia, la sostenibilidad del planeta o la salud humana.

Por Héctor Pizarro, hector@sociedadvegana.com 

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Nutrición

Foro destaca la “evolución natural” de la industria basada en plantas

El sabor agradable de los productos veganos  y la sostenibilidad deberían ser el doble objetivo de las marcas alimentarias.

En el reciente Foro de Alimentación Sostenible 2023 celebrado en Londres, Reino Unido, expertos del sector se reunieron para debatir y elaborar estrategias sobre cómo transformar nuestro actual sistema alimentario en uno más equilibrado, seguro y sostenible. El evento sirvió de sólida plataforma para debatir la mejor manera de alinear la industria alimentaria con los objetivos de sostenibilidad. 

Según Gemma Tadman, Directora de Comunicación Empresarial de ProVeg International, una galardonada organización de concienciación alimentaria comprometida con la sustitución de los alimentos de origen animal, el foro aportó una serie de ideas clave. 

En primer lugar, la transición del sector energético hacia la sostenibilidad sirve de modelo para la industria alimentaria. Al igual que ocurre con la transición energética, cambiar el sistema alimentario debe ser un esfuerzo concertado en el que participen gobiernos, ONG y todas las demás partes interesadas. El Foro destacó que los consumidores están cada vez más preocupados por el impacto medioambiental de sus elecciones alimentarias y están dispuestos a apoyar un sistema alimentario más sostenible. 

En segundo lugar, las reformas de las subvenciones son de vital importancia. Se criticó el actual desequilibrio en la financiación, que favorece a la agricultura animal frente a las alternativas sostenibles. La reorientación de las subvenciones podría tener un impacto significativo en el precio y la disponibilidad de las opciones basadas en plantas, fomentando así una transición más rápida hacia un sistema alimentario sostenible. 

En tercer lugar, el sabor es un factor clave en las dietas sostenibles. Las decisiones de los consumidores no se basan únicamente en la huella medioambiental, sino también en el sabor del producto. Las marcas que se esfuercen por ofrecer tanto sabor como sostenibilidad estarán mejor posicionadas para triunfar en el mercado.

Por último, la industria basada en plantas está experimentando lo que puede llamarse una “evolución natural”. A pesar de los relatos sobre la ralentización de las ventas, los expertos del sector como Tadman creen que esta fase ayudará a eliminar las marcas que no cumplan las expectativas de los consumidores, dejando espacio para que las que sí lo hagan dominen el mercado. 

Tadman también señaló que un futuro más sostenible requerirá la colaboración y la acción de los actores de la industria alimentaria. Esto resuena bien con la misión de ProVeg International de sustituir el 50% de los alimentos de origen animal por alternativas vegetales y cultivadas para 2040. 

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Derechos animales

¿Hundirá el factor económico la despiadada industria ballenera islandesa? La historia del “Capitán Ahab” nórdico

Kristján Loftsson, el anciano propietario de la tristemente célebre empresa islandesa de caza de ballenas Hvalur, sigue encabezando la despiadada masacre de los gentiles gigantes rorcuales comunes, a pesar de las protestas de científicos y ecologistas.

Envalentonada por las lagunas de la prohibición de la caza de ballenas, Islandia sigue desafiante, permitiendo la despiadada caza de rorcuales. Sin embargo, a medida que aumenta la oposición mundial, la economía podría finalmente conseguir lo que años de protestas no han conseguido: acabar con el reinado de terror de 50 años de Kristján Loftsson contra los rorcuales comunes en peligro de extinción frente a las costas de Islandia.

Un artículo firmado por Daniel Boffey para el periódico británico The Guardian, despachado desde la capital islandesa Reikiavik,  dirige la atención hacia Kristján Loftsson, el último cazador de rorcuales comunes de Europa. El artículo ofrece una visión completa del complejo panorama que rodea la caza de ballenas en Islandia, a la vez que plantea cuestiones éticas acuciantes que no pueden pasarse por alto. A continuación, con base en el artículo de The Guardian presentamos nuestra propia perspectiva sobre las prácticas inhumanas que conlleva la caza de ballenas y la urgente necesidad de ponerle fin.

Durante más de medio siglo, Loftsson ha desafiado descaradamente no sólo los acuerdos internacionales sino también el sentimiento público y las medidas reguladoras nacionales. “Que me comparen con el capitán Ahab en Moby-Dick es un honor”, dice Loftsson, de 82 años de edad, en alusión al célebre ballenero de ficción de la novela de Herman Melville de 1851.

Islandia sigue siendo una notable excepción a la prohibición de la caza comercial de ballenas impuesta por la Comisión Ballenera Internacional, uniéndose a las filas de Japón y Noruega. A diferencia de Noruega, que caza rorcuales aliblancos -considerados poblaciones estables-, Islandia se centra en los rorcuales comunes. Esta última especie, actualmente catalogada en peligro de extinción por el WWF, ha sufrido debido a la implacable persecución de Loftsson. El controvertido cazador dirige Hvalur, la única empresa ballenera de Islandia, desde 1974, tras la muerte de su padre. Hvalur persigue insidiosamente al vulnerable rorcual común, el segundo animal más grande del mundo, que desde 2018 también figura en la Lista Roja de la UICN como especie en peligro de extinción.

La despiadada matanza de esta temporada terminó el 30 de septiembre con la muerte de 23 indefensos rorcuales comunes. La licencia actual de Hvalur, que les permite sacrificar brutalmente hasta 161 rorcuales comunes al año, expira en diciembre de este año. Mientras que la ministra de Pesca Svandis Svavarsdottir ha sugerido que ésta podría ser la última temporada ballenera de Islandia, el despiadado Loftsson sigue confiando en que estos atroces asaltos a la naturaleza continuarán. 

Las flagrantes violaciones del bienestar de los rorcuales por parte de Hvalur han sido especialmente atroces esta temporada. En mayo, se informó de que las ballenas tardaban hasta dos agonizantes horas en morir tras ser bárbaramente arponeadas por los cazadores de Hvalur. Después, el 7 de septiembre, un indefenso rorcual fue encontrado vivo y retorciéndose en agonía media hora entera después de haber sido atravesado por un arpón explosivo. Fue necesario un segundo disparo despiadado para acabar con la pobre criatura. 

El conservacionista islandés Arni Finnsson comentó a The Guardian que sin la obstinada sed de sangre de Loftsson, la caza de ballenas en Islandia habría terminado hace mucho tiempo. Las encuestas muestran que sólo el 29% de los islandeses apoyan la continuación de esta industria cruel y poco rentable que empaña la reputación de su país. Sin embargo, el envejecido ballenero no muestra signos de poner fin a su reprobable reinado de terror contra los rorcuales comunes y planea desarrollar “pastillas de carne de ballena” como una especie de depravado suplemento nutricional. 

También cabe señalar que Japón compra el 90% de la carne de ballena que vende la empresa de Loftsson. Esto no sólo es indicativo de que aún existe una importante demanda internacional de un producto éticamente controvertido, sino que también involucra a Japón en la perpetuación de un comercio que tiene importantes consecuencias medioambientales y éticas.

La desfachatez de Kristján Loftsson quedó patente cuando aceptó ser entrevistado por el periodista de The Guardian bajo la condición de que este comiera carne de ballena durante la entrevista. El reportero, con mucho tacto, rechazó la oferta, que consistía en carne cruda o grasa fermentada de ballena.

Tras más de 50 años lucrándose con la espantosa matanza de estos hermosos e inofensivos gigantes, hace tiempo que es hora de que Loftsson consigne su operación ballenera al ignominioso basurero histórico al que pertenece. Islandia debe rechazar la barbarie del cruel pasado de la caza de ballenas, seguir las pruebas científicas y la compasión, y prohibir permanentemente la futura caza de ballenas en sus aguas.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

Ilustración: Imagen compuesta vía Canva. Fotografía de Kristján Loftsson, por Sigga Ella, captura de pantalla de artículo en The Guardian.

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Derechos animales

La perturbadora hipocresía de Instagram: Un paraíso para los contenidos de crueldad animal

Mientras que Instagram aplica rigurosamente prohibiciones a las fotografías que muestran amamantamiento, la plataforma hace la vista gorda ante perturbadores vídeos de crueldad animal.

Las plataformas de meta, en particular Instagram, han sido muy criticadas por su aplicación incoherente de las directrices comunitarias. Aunque estas plataformas no han dudado en prohibir el acceso a usuarios por contenidos aparentemente inocuos -desde fotos de amamantamiento y mujeres en bikini, hasta arte dibujado a mano-, han permitido que vídeos de crueldad animal profundamente perturbadores sigan siendo accesibles a su amplia base de usuarios.

Las opiniones de expertos de grupos de defensa de los derechos de los animales como PETA y Protección Animal Mundial, citadas por Yahoo News Australia, sugieren que ese contenido no sólo es poco ético, sino potencialmente perjudicial para la comunidad en general. La justificación de Meta para no eliminar estos vídeos, que muestran escenas tan horribles como animales jóvenes siendo metidos en frascos, atados, asfixiados e incluso atacados por perros, se centra en su compromiso con el “diálogo libre y abierto”.

Cabe destacar la naturaleza profundamente perturbadora y explícita de los videos cuya publicación está permitida por Instagram. Meta, que censura celosamente imágenes donde se atisben pezones de mujeres, no tiene inconveniente alguno en que sus usuarios publiquen videos de animales siendo ahogados y asfixiados. En un clip especialmente desgarrador, un indefenso bebé mono es atacado por una jauría de perros mientras un humano graba el incidente y se ríe. Estos vídeos no sólo sirven para insensibilizar a los espectadores ante el sufrimiento de los seres sintientes, sino que también proporcionan una plataforma para aquellos que se dedican a la crueldad animal, fomentando indirectamente dicho comportamiento.

Meta reconoce que los vídeos “pueden ser hirientes en algunos contextos”, pero argumenta que no violan las directrices de la comunidad. Esto lleva a plantearse seriamente la postura ética de la plataforma, sobre todo teniendo en cuenta que, según Yahoo News Australia, el propio personal de Meta ha admitido encontrar perturbador el contenido.

La argumentación de Meta no ha sentado bien a muchos usuarios que han compartido sus experiencias de ser vetados o bloqueados por lo que consideran razones triviales. Una modelo de Sídney entrevistada por Yahoo News Australia dijo haber sido bloqueada dos veces en el plazo de un año por publicar contenido ligeramente revelador, a pesar de haber cumplido con las directrices de Instagram. Estos baneos han sido perjudiciales para su carrera, haciéndole perder posibles ingresos y oportunidades.

Además, a la escritora Carly Sophia, de Sídney, le suspendieron la cuenta tras compartir un “dupe de belleza”, una alternativa legal a los cosméticos de alta gama. Se quejó de que Meta parecía dar prioridad a las grandes empresas sobre los creadores de contenidos individuales, lo que provocó importantes pérdidas económicas y trastornos en las comunidades en línea.

Con ello, la aplicación incoherente de las políticas de la plataforma ha tenido un impacto tangible en los usuarios que dependen de Meta para su sustento, como los propietarios de negocios que han perdido cuantiosas sumas en ingresos potenciales debido a prohibiciones inexplicables. Pero quizá lo más preocupante sea la aparente disposición de la plataforma a pasar por alto cuestiones que plantean importantes interrogantes éticos y morales, como la distribución de contenidos de crueldad animal.

Ilustración: imagen compuesta vía Canva.
Fotografía de bebé mono en frasco de vidrio: captura de Yahoo News Australia.

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Derechos animales

Traicionando la confianza mundial: La caza de delfines en las Islas Feroe aumenta a pesar de las reducciones prometidas

Un nuevo informe del Animal Welfare Institute y otras organizaciones cuestiona las tradicionales aseveraciones de que la caza de ballenas en las Islas Feroe es humana y sostenible. El informe utiliza argumentos empíricos para cuestionar las implicaciones éticas y medioambientales de esta práctica.

A pesar de la promesa pública de las Islas Feroe de limitar la caza de delfines a 500 animales al año -promesa realizada en julio de 2022 tras una protesta mundial por la matanza de 1.423 delfines el año anterior-, la región no ha cumplido su compromiso. Los últimos datos muestran que el número total de cetáceos sacrificados este año ha superado incluso la media anual, lo que pone en duda la sinceridad de las intenciones declaradas por el gobierno de limitar la caza. Este incumplimiento no sólo da una mala imagen de la administración feroesa, sino que acentúa las preocupaciones éticas que rodean a esta práctica, reavivando así las críticas y el escepticismo internacionales. El incumplimiento de las cuotas autoimpuestas arroja dudas sobre la credibilidad de las promesas de las Islas Feroe y renueva la preocupación por el bienestar y la sostenibilidad de las poblaciones de ballenas de la región.

Tras la última cacería impulsada por las Islas Feroe el pasado viernes, que provocó la muerte de 42 calderones, el Animal Welfare Institute (AWI) y otras seis organizaciones líderes en bienestar animal y conservación marina han publicado un informe exhaustivo. El documento (PDF de 11 páginas), examina las cacerías de arrastre anuales. Desafía las afirmaciones de que las cacerías son humanas, sostenibles y forman parte de la cultura feroesa.

Esta última cacería eleva el número total de ballenas y delfines matados en las Islas Feroe este año a más de 900, muy por encima de la media anual de 685 ballenas.

El informe, titulado Unraveling the Truth: Whale Killing in the Faroe Islands (“Desentrañando la verdad: la matanza de ballenas en las Islas Feroe”), examina críticamente las principales justificaciones de la caza continuada de calderones tropicales y otros pequeños cetáceos en este territorio autónomo danés situado entre Escocia e Islandia, en el Atlántico Norte. Conocida como grindadráp, esta caza centenaria ha sido ampliamente publicitada y criticada por la comunidad internacional.

Entre 2010 y 2020, se mataron una media de 685 calderones y 114 delfines al año en las Islas Feroe. La carne se distribuye entre los isleños y a veces se vende en tiendas de comestibles y restaurantes locales. Antes de la última cacería, este año ya se habían matado al menos 846 calderones. Además, [en septiembre de 2021 se mataron más de 1.400 delfines de flancos blancos del Atlántico en un solo día](https://www.bbc.com/news/world-europe-58555694), lo que provocó una fuerte condena de la Unión Europea y la indignación de la opinión pública.

La caza implica que una manada de ballenas o un banco de delfines son conducidos por una línea de embarcaciones hacia la costa y hacia zonas de matanza designadas. Una vez que los animales alcanzan aguas poco profundas, se les sujeta con anzuelos de punta redonda clavados en sus espiráculos y se les arrastra hasta la orilla. A continuación, se mata a cada ballena o delfín con un cuchillo o una lanza espinal afilada, que se introduce en la zona del cuello, detrás del espiráculo. Este método puede paralizar al animal, pero no garantiza su muerte inmediata ni su insensibilidad al dolor.

Las principales conclusiones del informe cuestionan las opiniones y prácticas tradicionales:

– Una encuesta de Gallup realizada en abril de 2022 reveló que el 69% del público feroés se opone a la caza de delfines, mientras que sólo el 7% expresó su firme apoyo.

– Una revisión reciente en Frontiers in Veterinary Science concluyó que los métodos utilizados en estas cacerías son moral y éticamente inaceptables, dada la conocida sensibilidad de estos animales.

– Las afirmaciones de que estas cacerías son sostenibles pasan por alto las bajas tasas de reproducción de los calderones y la destrucción de unidades sociales enteras, que contribuyen a la insostenibilidad de la práctica.

– Los métodos de caza modernos, incluido el uso de embarcaciones motorizadas y técnicas de comunicación avanzadas, se han desviado significativamente de los métodos históricos o tradicionales, lo que socava los argumentos a favor de la preservación cultural.

Ilustración: Capturas del informe.

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Derechos animales

Fuga de una granja de visones genera interrogantes sobre el bienestar animal

Una persona no identificada ha liberado a miles de visones de una granja de Pensilvania, EE.UU. Mientras las autoridades se afanan por recapturar a los animales, el incidente sirve de crudo recordatorio de las nefastas condiciones de las granjas de visones.

Hasta 8.000 visones han escapado de una granja del municipio de Rockefeller, en Pensilvania, escribe el periódico The Guardian. Según un informe de la policía estatal de Pensilvania, el incidente fue propiciado por una persona no identificada que abrió un agujero en la valla de la granja en la madrugada del domingo. Las agencias estatales y el personal de la granja han participado en un esfuerzo coordinado para recapturar a los animales, la mayoría de los cuales se cree que han sido atrapados el martes 19 de septiembre.

Aunque el motivo de la fuga masiva sigue sin estar claro, la Fur Commission USA, organismo nacional que representa a los criadores de visones, ha condenado el incidente. “Este acto no es sólo un ataque a una única granja, sino un golpe a las comunidades rurales y al ecosistema circundante. La granja atacada es una actividad legal y certificada que sigue unas directrices estrictas para el trato humanitario de los animales”, afirma la Comisión en un comunicado. Esta declaración se hace eco de su postura sobre un incidente anterior en Ohio, donde calificaron la liberación de hasta 40.000 visones como “un acto devastador de violencia, crueldad animal y vandalismo”.

Lo que pensamos en Sociedad Vegana sobre la hipocresía de la Fur Commission USA

Las declaraciones de la Fur Commission USA exudan un aire de preocupación por el bienestar animal que es incompatible con la industria que representa. Contrastemos sus afirmaciones con la realidad de la industria de la piel de visón. Tras la careta del “trato humanitario de los animales” se esconde una realidad espantosa. Los visones son criaturas semiacuáticas, naturalmente adaptadas a una vida de libre movimiento, natación e interacción social. Sin embargo, en las granjas peleteras se les condena a estrechas e inmundas jaulas de alambre donde se les priva de sus necesidades básicas de comportamiento.

Los métodos de sacrificio también son atroces, y están diseñados para preservar la calidad de la piel en lugar de minimizar el sufrimiento de los animales. El gaseado y la electrocución anal son técnicas habituales, ninguna de las cuales garantiza una muerte rápida o indolora. Es una flagrante contradicción que la Fur Commission USA exprese su consternación por la “crueldad animal” cuando la industria que defienden está plagada de prácticas que son el epítome de la crueldad.

La industria de la piel de visón es un ejemplo flagrante de irresponsabilidad ética, que reduce a seres sensibles a meras mercancías al servicio de la moda y el lujo. Aunque la Fur Commission USA habla de “violencia, crueldad animal y vandalismo”, su preocupación en realidad es motivada por las pérdidas económicas y la imagen pública, más que las implicaciones éticas de confinar y matar animales para obtener un beneficio estético. Esta dualidad en sus declaraciones expone una brecha significativa entre sus pretendidos valores y el sufrimiento tangible que perpetúa su industria. En otras palabras, un nuevo ejemplo de hipocresía corporativa; las cosas por su nombre.

Por Héctor Pizarro, Sociedad Vegana

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Derechos animales Nuestro planeta Nutrición Veganismo

Por qué apoyamos el Plant Based Treaty: Un compromiso con el bienestar animal y la salud planetaria

Estamos comprometidos con un futuro mejor para los animales y las personas apoyando el Plant Based Treaty. Descubra cómo esta iniciativa internacional se alinea con nuestros pilares de bienestar animal, salud humana y sostenibilidad.

En Sociedad Vegana apoyamos incondicionalmente la misión y los objetivos del Plant Based Treaty (Tratado Basado en Plantas). Como plataforma dedicada a la promoción del veganismo y el trato ético de los animales, nuestro trabajo coincide plenamente con los objetivos de esta importante iniciativa. Al dar nuestro apoyo, pretendemos amplificar la llamada a la acción del Tratado dentro de las comunidades hispanohablantes de todo el mundo, abogando por la transformación radical e imperativa de los sistemas alimentarios.

En un mundo que se enfrenta a un cambio climático sin precedentes, nos corresponde replantearnos nuestras prácticas habituales. La agricultura animal, una de las principales responsables de la degradación medioambiental, necesita atención urgente. El Plant Based Treaty no sólo reconoce este problema acuciante, sino que establece un marco de acción claro basado en tres principios clave: Abandonar, Redirigir y Restaurar.

Abandonar: Respaldamos el llamamiento del Tratado para detener el cambio en el uso de la tierra, la degradación de los ecosistemas y la deforestación para la producción ganadera. Conservar los recursos vitales de la tierra y los hábitats naturales es un requisito previo para un futuro sostenible.

Redirigir: Sociedad Vegana apoya una transición activa de los sistemas alimentarios basados en animales a sistemas basados en plantas. Nos comprometemos a seguir utilizando nuestra plataforma para educar y animar a las comunidades de habla hispana a adoptar una dieta basada en plantas, contribuyendo así a los esfuerzos globales por un planeta más sano y sostenible.

Restaurar: Apoyamos que el Tratado se centre en la restauración activa de los ecosistemas clave, en particular la repoblación de los entornos naturales y la restauración de los bosques. Como parte de nuestra labor de sensibilización, seguiremos destacando la interconexión entre el veganismo y la restauración medioambiental.

Creemos que el Plant Based Treaty proporciona una hoja de ruta factible que complementa el Acuerdo de París de la CMNUCC al situar los sistemas alimentarios en el centro de los planes de acción climática. Al respaldar este Tratado, Sociedad Vegana pretende servir de conducto para la difusión de sus principios, promoviendo un estilo de vida basado en plantas como una opción viable, ética y saludable.

Esperamos contribuir al éxito del Plant Based Treaty e instamos a los gobiernos nacionales y a otras organizaciones a que le presten la atención y el compromiso que merece.

Apoye hoy el Plant Based Treaty: Defienda un futuro sostenible

Únase a nosotros en esta jornada transformadora hacia un mundo más sostenible y compasivo. Su voz importa y juntos podemos lograr un impacto indeleble. Si le motiva nuestro compromiso de crear un futuro mejor a través de una vida basada en plantas, le invitamos a respaldar oficialmente el Plant Based Treaty. Sólo le llevará un momento sumar su voz a esta importante iniciativa internacional. Apoye el Tratado aquí.

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Derechos animales

Cuando la comodidad se impone a la ética: El controvertido mundo de la eutanasia animal

Según un informe del Instituto para el Bienestar Animal, la “despoblación” de animales de granja es una práctica controvertida y a menudo inhumana que ha sido objeto de escrutinio. A diferencia de la eutanasia, cuyo objetivo es proporcionar una “buena muerte”, los métodos de despoblación suelen causar un sufrimiento extremo y prolongado. La práctica suele utilizarse durante brotes de enfermedades, pero también se ha recurrido a ella debido a interrupciones de la cadena de suministro, como se vio durante la pandemia de COVID-19. Especialmente alarmante es el uso de un método conocido como Ventilation Shutdown Plus (VSD+), que provoca muertes por insolación que pueden durar horas agonizantes.

Estas son las principales conclusiones del informe

Sacrificio no “humanitario”: Uno de los métodos más controvertidos es el Ventilation Shutdown Plus (VSD+), descrito por causar un sufrimiento prolongado y extremo a los animales. Este método no está reconocido como aceptable por organizaciones internacionales de sanidad animal como la Organización Mundial de Sanidad Animal.

La Liga Humana describe el procedimiento Ventilation Shutdown Plus (VSD+) de la siguiente manera: “El calor sube rápidamente en un cobertizo sin ventanas ni aire. Sin ventilación corriente, no hay alivio para las crecientes temperaturas, especialmente cuando aire caliente y húmedo es bombeado desde el exterior. Para los pollos atrapados dentro, cada vez es más difícil respirar. Finalmente, tras soportar horas de sufrimiento, las aves se asfixian y mueren en agonía. Este escenario es real, y los resultados son intencionados. El Ventilation Shutdown Plus (VSD+) es un método brutal de dar muerte a toda una bandada -o rebaño- de animales de una sola vez”.

Métodos alternativos: El informe señala que “existen alternativas más humanas, como el gaseado con dióxido de carbono y con gases inertes, pero no se utilizan de forma generalizada, lo que sugiere que se prioriza el coste o la comodidad sobre la ética”. En esta página podrá informarse sobre el método del gaseado con CO2.

Consideraciones económicas por encima de las éticas: El USDA y otras agencias reguladoras suelen dar prioridad a los intereses económicos sobre el bienestar animal. La práctica habitual del “sacrificio sanitario” implica el sacrificio de millones de animales no infectados para evitar la propagación de la enfermedad.

Cuestiones relacionadas con la cadena de suministro y la conveniencia: En la pandemia de COVID-19 se produjo el sacrificio masivo de animales sanos debido a alteraciones provocadas por el hombre en la cadena de suministro. Los métodos elegidos para la despoblación fueron a menudo más expeditivos que humanos.

Apoyo institucional: La Asociación Americana de Medicina Veterinaria (AVMA) y el USDA han avalado oficialmente métodos como el VSD+ a pesar de las importantes preocupaciones éticas y de bienestar, lo que plantea dudas sobre la responsabilidad institucional.

Falta de transparencia: El uso de métodos de despoblación controvertidos a menudo sólo se hace público a través de solicitudes de la Ley de Libertad de Información, lo que demuestra una preocupante falta de transparencia.

Necesidad cuestionable: Muchos de los animales sometidos a despoblación no están enfermos ni suponen una amenaza inmediata, lo que plantea dudas sobre la necesidad de medidas tan extremas.

Qué pensamos en Sociedad Vegana

Un estilo de vida vegano contribuye directamente a reducir el sufrimiento de los animales de varias formas, sobre todo al disminuir la demanda de productos de origen animal. Al hacerse vegano, usted no sólo se niega a apoyar el trato inhumano de los animales – como los métodos de sacrificio descritos en el artículo del Animal Welfare Institute – sino que también promueve activamente alternativas más éticas, sostenibles y humanas. Si más personas adoptaran un estilo de vida vegano, la escala de la agricultura animal disminuiría, reduciendo los incidentes de sacrificios masivos y las malas condiciones de vida de los animales de granja.

Aunque la dimensión ética es razón más que suficiente para adoptar un estilo de vida vegano, también es dable considerar la salud humana. Una dieta vegana bien planificada puede ser extremadamente beneficiosa. Numerosos estudios sugieren que una dieta basada en plantas se asocia a un menor riesgo de enfermedades cardiacas, hipertensión, diabetes de tipo 2 y ciertos tipos de cáncer. Las dietas basadas en plantas suelen ser ricas en fibra, vitaminas y fitonutrientes, y tienden a ser más bajas en calorías y grasas saturadas. La Asociación Dietética Americana y la Asociación Dietética Británica han declarado que “las dietas vegetarianas adecuadamente planificadas, incluidas las veganas, son adecuadas para todas las etapas de la vida y para los deportistas”.

Por ello, un estilo de vida vegano sirve a un doble propósito: es tanto una elección ética que reduce el sufrimiento de los animales como una elección consciente de la salud que puede conducir a un mayor bienestar. La convergencia de los beneficios éticos y para la salud constituye un argumento convincente para considerar la transición a un estilo de vida vegano y contribuir a un mundo más compasivo y saludable.

Héctor Pizarro, Sociedad Vegana