El rápido crecimiento de las alternativas vegetales a la carne hará que Europa alcance el tope de consumo de carne en 2035, según un nuevo informe.
El estudio Food for Thought, publicado por Boston Consulting Group (BCG) y Blue Horizon Corporation, sugiere que el consumo de carne habrá disminuido considerablemente para 2035 en Europa, a medida que las alternativas proteicas basadas en plantas alcancen la paridad de precio y calidad.
Sólo en 2020, los consumidores de todo el mundo comieron 574 millones de toneladas métricas de carne, marisco, lácteos y huevos, lo que equivale a casi 75 kilogramos por persona. En comparación, el año pasado se consumieron en todo el mundo alrededor de 13 millones de toneladas métricas de alternativas proteicas, lo que supone sólo el 2% del mercado.
El informe prevé que las proteínas de origen vegetal conquisten el 11% del mercado de la carne, el marisco y los productos lácteos en 2035, llegando a 97 millones de toneladas métricas.
Con el crecimiento del veganismo en todo el mundo, un número creciente de personas ya ha hecho el cambio a las alternativas basadas en plantas.
Opción cada vez más popular en Europa
Una investigación realizada en 2020 por la cadena alemana de supermercados vegetales Veganz constató que el número de veganos sólo en Alemania se había duplicado en cuatro años, pasando de 1,3 millones a 2,6 millones, es decir, el 3,2% de la población. El estudio también analizó los hábitos de consumo en seis países europeos, entre ellos Austria, Portugal y Francia. Por término medio, alrededor de un tercio de estos tres países se identificó como “flexitariano”, habiendo tomado la decisión de comer menos carne.
En el Reino Unido, país donde surgió la iniciativa Veganuary, un 2% de la población dice ser vegana.
Entre las ventajas de cambiarse a las proteínas de origen vegetal se encuentran la reducción de las emisiones de carbono, la disminución de las preocupaciones éticas y la reducción del impacto medioambiental de la cría intensiva de animales, afirman los científicos.
La reducción en el consumo de carne eliminará de la atmósfera tantas emisiones de dióxido de carbono como las que emite Japón en un año y ahorrará suficiente agua para abastecer a la ciudad de Londres durante 40 años.
Pero con un esfuerzo concertado por parte de los reguladores, además de las innovaciones tecnológicas para fabricar productos más baratos y de mejor calidad, este porcentaje podría llegar al 22% en la próxima década.
Tod Bradbury, director de campañas de la organización benéfica de defensa de los derechos de los animales Animal Aid, declaró: “El informe Food for Thought es una lectura muy positiva. No es de extrañar que en un futuro próximo el consumo de carne disminuya hasta el punto de que las proteínas vegetales constituyan una parte importante del consumo mundial de proteínas. La producción de proteínas y alimentos de origen vegetal requiere menos recursos y produce muchas menos emisiones de gases de efecto invernadero que la carne y los productos lácteos, y por supuesto no requieren el sacrificio y la explotación innecesarios de los animales”.