A pesar de los avances en los métodos alternativos, la experimentación con animales sigue estando muy extendida, con millones de animales utilizados en la investigación médica y cosmética.
Más de 200 millones de animales se utilizan cada año en experimentos en todo el mundo, incluyendo ratas, conejos, cobayas, cerdos, monos y otros. Aunque la ciencia ha avanzado en la búsqueda de métodos alternativos para probar la seguridad de los productos para uso humano, esta práctica sigue siendo frecuente en la mayoría de los países. La comunidad científica reconoce que los datos procedentes de la experimentación animal no siempre son exactos, pero sigue siendo el método más utilizado para probar la seguridad de medicamentos, fármacos y productos cosméticos o farmacéuticos.
Según la estimación de 2015 de Cruelty Free International, se utilizan al menos 192,1 millones de animales para ensayos e investigación en todo el mundo. La cifra exacta es difícil de estimar debido a las diferentes clasificaciones y a la falta de transparencia entre países. “A pesar de que la comunidad científica ha identificado que los análisis en animales no son siempre eficaces, y las evidentes diferencias genética que tenemos con conejos, ratones y otras especies, la experimentación sigue siendo una práctica común y sumamente cruel. Como organización queremos motivar a la comunidad científica de América Latina en avanzar en métodos alternativos que sean más seguros para las personas, y más éticos por los animales”, afirma Daniela Medina, cofundadora y Directora de Gestión y Finanzas de ONG Te Protejo.
Entre los países que lideran la experimentación animal se encuentran China, Estados Unidos, Canadá, Corea del Sur, Japón, Australia, Brasil, Reino Unido, Alemania e India. En la última década, los esfuerzos para acabar con la experimentación animal con fines cosméticos han progresado, con prohibiciones legislativas en 42 países y proyectos de ley pendientes en países latinoamericanos.
“Como consumidores, podemos contribuir a acabar con estas prácticas crueles eligiendo productos cosméticos, de cuidado personal y para el hogar con certificación “sin crueldad”, que garantice que están 100% libres de experimentación animal en todo su proceso de producción. Para encontrar marcas con esta certificación, visite www.ongteprotejo.org o descargue la aplicación gratuita #ViveSinCrueldad“, escribe Te Protejo en un comunicado de prensa.
La experimentación con animales es moral y éticamente incorrecta por varias razones. En primer lugar, somete a los animales a dolor, sufrimiento y angustia innecesarios, violando sus derechos básicos a vivir libres de daños. El uso de animales en la investigación implica a menudo procedimientos invasivos, confinamiento y, en última instancia, la muerte. En segundo lugar, la experimentación con animales es científicamente defectuosa debido a las importantes diferencias genéticas y fisiológicas entre los seres humanos y los animales utilizados en los experimentos, que pueden conducir a resultados inexactos y poco fiables. Esto significa que la experimentación con animales no sólo causa un inmenso sufrimiento, sino que también puede obstaculizar el progreso científico. Por último, el uso continuado de la experimentación con animales contrasta con la creciente disponibilidad de métodos alternativos que son más humanos, precisos y rentables. Estos métodos alternativos, como las pruebas in vitro, las simulaciones por ordenador y la tecnología de órganos en un chip, pueden proporcionar datos más relevantes y fiables para la salud y la seguridad humanas, haciendo que las pruebas con animales no sólo sean crueles, sino también científicamente obsoletas.